Las protestas por el accidente minero de Turquía acaban con decenas de heridos

La policía reprime con gases lacrimógenos una marcha de 20.000 personas en Esmirna

EL PERIÓDICO / Estambul

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Varios sindicalistas han tenido que ser hospitalizados este miércoles tras la intervención policial con gases lacrimógenos que intentaba frenar una marcha en protesta por el accidente minero de Soma, el más grave de la historia de Turquía.

Unas 20.000 personas se manifestaron en la ciudad de Esmirna, cerca de la mina accidentada, para denunciar las condiciones de trabajo en las minas de carbón privatizadas.

La manifestación se produjo como parte de la huelga general convocada para este miércoles por el sindicato de funcionarios KESK y la Confederación de Sindicatos Obreros Revolucionarios (DISK).

La policía ha intervenido contra la manifestación con cañones de agua a presión y gas lacrimógeno, ha informado la cadena CNNTürk.

A consecuencia de la intervención, varios manifestantes, entre ellos el presidente del sindicato DISK, Kani Beko, han perdido la consciencia y han tenido que ser trasladados en ambulancia a un cercano hospital.

Cordón en Besiktas

En Estambul, la policía local ha bloqueado una manifestación sindical y ha acordonado una importante arteria de tráfico en el barrio de Besiktas para evitar que la marcha pudiera proseguir.

"No es un accidente, es un asesinato", han coreado los manifestantes, en referencia a la reducción de las medidas de seguridad en la mina de carbón de Soma, responsables, en su opinión, del accidente que se ha cobrado la vida de al menos 282 obreros.

También en la propia Soma, la tensión sigue siendo muy alta, y la visita, este martes, del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, no ha servido para calmar los ánimos; más bien al contrario.

Las redes sociales turcas reproducen este miércoles ampliamente una fotografía que muestra a un familiar de los mineros fallecidos, tumbado en el suelo tras ser reducido por dos miembros del aparato de seguridad de Erdogan, mientras que un asesor del primer ministro, Yusuf Yerkel, le propina una o varias patadas.

Yerkel confirmó a la prensa que efectivamente se trataba de él en la polémica imagen, y prometió explicar el incidente "pronto".

También ha causado estupor la aseveración de Erdogan de que un accidente minero de esta magnitud es "algo habitual" e "inevitable", citando numerosos ejemplos de la Inglaterra del siglo XIX y de China e India a mediados del siglo pasado.