El presidente de Guatemala dimite y se entrega al juez

jaque mate al presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina. Tras varias semanas de protestas en la calle, con la mayor parte de su Gobierno dimitido y con su vicepresidenta en prisión, el mandatario guatemalteco presentó ayer su renuncia y se entregó de forma voluntaria ante un tribunal, donde deberá responder a la acusación de liderar una enorme trama de corrupción en las aduanas del país centroamericano.

Pérez Molina presentó la renuncia después de que el Congreso le retirase la inmunidad. El mandatario, un general retirado, perdió sus privilegios tras el voto unánime de 132 diputados presentes en el Congreso. Ha tenido que ser necesaria esa votación para que Pérez Molina renunciara, pues había intentado aferrarse al cargo presidencial.

RED CLANDESTINA / La retirada de la inmunidad al presidente daba a la fiscalía «libertad absoluta» para proceder con las pesquisas en contra de Pérez Molina, según explicó la fiscal general, Thelma Aldana. La Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un organismo de la ONU, acusan al mandatario de ser el cabecilla de la red de corrupción bautizada como La Línea.

De acuerdo a la investigación de más de 18 meses de ambas entidades, Pérez Molina dirigía la red clandestina dentro de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), con la complicidad de al menos 28 personas, incluida su exvicepresidenta (2012-2015) Roxana Baldetti, en prisión desde el 21 de agosto. La actividad corrupta consitía en que empresas importadoras contactaban por teléfono con altos funcionarios de las aduanas para llegar a acuerdos que les permitieran, a cambio del pago de sobornos, ver reducidos los impuestos que debían pagar. Pérez Molina está acusado de los delitos de asociación ilícita, caso especial de defraudación aduanera y cohecho pasivo.

TEORÍA CONSPIRATORIA / El presidente llegó a la sede judicial para presentarse ante el juez Miguel Ángel Gálvez, del Juzgado B de Mayor Riesgo, que está a cargo del proceso. Antes, el juez había emitido una orden de detención, que al final no hubo de ejecutarse. Pérez Molina, en el poder desde el 2012, apareció vestido con un traje oscuro, corbata roja y semblante muy serio.

A una emisora local de radio, había asegurado instantes antes que afrontaba la acusación «con valentía» pues no tenía «nada que temer».  A su llegada al juzgado, el presidente aseguró que la Fiscalía y el Cicig quieren destruirle y aseguró que la acusación en su contra «es injusta».

La noticia de la dimisión de Pérez Díaz llenó de júbilo a muchos guatemaltecos, que salieron a la calle a celebrarlo. Ahora, Alejandro Maldonado, el que reemplazara a la vicepresidenta encarcelada, habrá de jurar como presidente interino. Su mandato será breve pues el país celebra este domingo la primera ronda de unas elecciones presidenciales, a las que están llamados a votar 7,5 millones de los 15 millones de habitantes del país.

UN HUMORISTA, EN CABEZA / Por el momento, las encuestas dan como favorito al humorista Jimmy Morales, que lidera una formación de derechas y que carece de experiencia política. Guatemala, un país marcado por una guerra civil que duró 36 años, sigue encabezando la lista de naciones más violentas del planeta, con 6.000 muertos al año.