Incertidumbre en el país heleno

La nueva estrella

Alexis Tsipras, líder de la coalicion de izquierdas Syriza, tiene un apoyo social que va en aumento

Alexis Tsipras.

Alexis Tsipras.

A. M.
ATENAS

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Es joven, apuesto, no está casado pero convive con su novia del instituto con la que tiene dos hijos (en un país en que la Iglesia tiene gran influencia). Es decir, la antítesis de la mayoría de los dirigentes políticos de Grecia. Y sin embargo, o quizás por eso, Alexis Tsipras se ha convertido en la nueva estrella de la política helena.

Tsipras nació en 1974, apenas unos días después de la caída de la Junta de los Coroneles que estranguló al país desde 1967. Creció en un barrio ateniense de clase media, y allá, desde el instituto, despuntó como líder estudiantil y militante de las juventudes del Partido Comunista de Grecia (KKE).

Sin embargo, al caer la URSS hubo una escisión en el KKE, entre la línea más ortodoxa a las órdenes de Moscú y los llamados«comunistas del interior»,los eurocomunistas. Tsipras optó por estos últimos, una amalgama de socialistas, trotskistas, maoístas, ecologistas y otras varias familias de la dividida izquierda que en 2004 se convertiría en la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).

Nueva generación

En 2006, Tsipras, ingeniero civil, fue elegido candidato de Syriza a la alcaldía de Atenas con el objetivo de«abrir la política a la nueva generación».El anquilosamiento de los viejos políticos es uno de los problemas del país. Con un 10,5% de votos logró los mejores resultados hasta entonces de Syriza. En 2008 se hizo con el liderazgo y se convirtió en el político más joven en dirigir un partido griego importante.

Sus detractores, especialmente los disidentes de Syriza que han formado la más moderada Dimar, le acusan de haber escorado el partido hacia el«radicalismo»y el«populismo»y de haberse puesto del lado de los«violentos»durante la revuelta juvenil de 2008. Sus antiguos camaradas del KKE, por otra parte, lo tachan de inconsistente y«oportunista»,por pretender defender a la vez a la clase trabajadora y a la Europa de Maastricht.

Pero su estrategia de mantener siempre activa su oposición a las medidas de austeridad y a las políticas neoliberales en el parlamento y«en la calle»-los jóvenes de Syriza participan en todo tipo de protestas-- le ha permitido granjearse un apoyo social creciente.

Hoy el Syriza es la segunda fuerza política griega y el sueño de llegar al Gobierno no queda tan lejos.«Somos conscientes de las dificultades. Tenemos en nuestras manos una oportunidad histórica para Grecia y para Europa. La oportunidad de aplastar los programas de austeridad»,dijo Tsipras en su última alocución.

Todos sus discursos culminan con un«buena suerte y buena lucha».