POLÉMICA EN UN PAÍS DE CENTROAMÉRICA

El nepotismo de Ortega

El presidente de Nicaragua coloca en el Gobierno a su mujer y a cuatro de sus hijos

Policías en una manifestación contra Ortega.

Policías en una manifestación contra Ortega.

TONI CANO / MÉXICO

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El nepotismo rampante del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que tiene a su mujer, Rosario Murillo, prácticamente al frente del Gobierno y a cuatro de sus hijos como asesores, hace temer a sus detractores que esté inaugurando «una nueva dinastía» como la que derrocó al frente de la revolución sandinista. Tras allanarse el camino para ser reelegido indefinidamente, aquel guerrillero ejerce ahora «como sultán, más que como presidente», señala el excandidato presidencial Edmundo Jarquín.

Miembro del Movimiento de Renovación Sandinista, Jarquín pregunta: «¿Cómo, si no es sultanismo, caracterizar la ostentación de nepotismo que asombrados presenciaron los jefes de Estado y de Gobierno en la reciente reunión, en Costa Rica, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), cuando Ortega acreditó a varios miembros de su familia en la delegación oficial de Nicaragua?» Para esa reunión, el presidente nombró a Murillo «cancillera (ministra de Asuntos Exteriores) en funciones», le dio al hijo mayor el rango de ministro e incluyó a dos hijas como asesoras.

«Y no le bastó el 'show' familiar», recuerdan los analistas costarricenses. «El pistolero vino con matonismos», dice Constantino Urcuyo al recordar cómo Ortega «increpó fuertemente» al presidente de Costa Rica, Luis Solís, «tratando de presentarlo como un instrumento yanqui». Para colmo, se fue antes de hora e impuso que a la reunión privada de mandatarios asistiera en su nombre el dirigente independentista puertorriqueño Rubén Berrios.

«El sistema democrático en Nicaragua ha sido destruido», dice el escritor Sergio Ramírez, excomandante guerrillero que fue vicepresidente con Ortega durante casi cinco años. Con el apoyo del gran capital, el control de la mayoría parlamentaria y la posesión de la mayor parte de medios de comunicación del país, la familia se ha impuesto hasta lograr una «Nicaragua ortegamurillista», como la llaman distintos analistas.

«Ortega ha concentrado la totalidad de los poderes: no hay una sola institución pública ni una sola alcaldía que escape a su control», dice el diputado Enrique Sáenz. Un control que ejerce directamente Rosario Murillo, poeta, mística y esotérica, desde el estratégico Consejo de Comunicación y Ciudadanía y con un parentesco que le ha permitido incluso quitar y poner ministros. Cuatro de sus siete hijos se mueven dentro del Gobierno como 'asesores', pero con poderes especiales cuando es necesario.

NEGOCIOS CON CHINA

Destaca últimamente el 'asesor financiero' Laureano, que ha encabezado delegaciones presidenciales a China Rusia y es el encargado de negociar con empresarios chinos el proyecto de un canal interoceánico a través del lago Nicaragua, con una inversión de 50.000 millones de dólares.Convertida en una de las más ricas de la empobrecida Nicaragua, la familia anda por demás ocupada en el manejo de cuatro cadenas de televisión y varios periódicos y sitios web, así como la administración de un hotel, varias empresas de vigilancia y una financiera a través de la que Ortega maneja como fondo privado la cooperación del Gobierno de Venezuela.

Así, repartiendo el pastel, el sultán Daniel Ortega puede afirmar: «Nicaragua avanza con optimismo».