Efectos de una gran tempestad en Europa

Muerte y destrucción en Cerdeña por un ciclón

Un equipo de rescate evacua a habitantes de Cerdeña, ayer.

Un equipo de rescate evacua a habitantes de Cerdeña, ayer.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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Los muertos son por ahora 18, entre ellos dos niños, mientras que millares de desahuciados de sus casas, con dos metros de agua en el interior, han sido acampados por el momento en polideportivos, hoteles, gimnasios y escuelas. Son las consecuencias del ciclón Cleopatra que se abatió sobre la isla de Cerdeña, en la zona de Olbia, descargando en 24 horas la lluvia equivalente a seis meses en toda Italia.

El Gobierno italiano decretó el estado de emergencia y destinó 20 millones de euros de urgencia. «Después, tras las primeras estimaciones, decidiremos», dijo Enrico Letta, presidente del Ejecutivo. «Se trata de una situación trágica», explicó Ugo Cappèllacci, presidente de la región, que indicó que «tal abundancia de agua se registra solo cada mil años, lo que va más allá de cualquier previsión». «Una tragedia nacional», añadió tanto el presidente de la República, Giorgio Napolitano, como Letta. «No hay tiempo ni para pararse a llorar», lamentó Giani Giovanelli, alcalde de Olbia.

Ayer por la mañana el tráfico de la ciudad  lo dirigían los militares de la guardia costera, porque las avenidas se parecían más a ríos que a calles asfaltadas. En la tarde centenares de aldeas y pedanías se encontraban aún aisladas.

Algunos se salvaron encaramándose a los árboles de las calles en que se encontraban o abrazando los palos de la luz y otros subiendo a los tejados. Tres personas fueron engullidas por un puente hundido repentinamente frente a sus ojos y otros fueron atrapados por dos metros de agua mientras se encontraban en sótanos y patios. «Profundamente conmovido por la espantosa tragedia que ha golpeado Cerdeña», dijo el Papa Francisco por Twitter.

A PIQUE / Numerosos coches fueron hallados a kilómetros de distancia de donde estaban aparcados, encima de casas o tirados en precipicios. La familia Pala se disponía a cenar cuando en pocos segundos se vieron con el agua hasta el cuello y una pared de la vivienda, arrastrada por el ímpetu del ciclón, contra sus caras. «Gritamos socorro durante dos horas, asomados a una ventana, pero no había nadie». El suministro de agua se fue a pique. También las líneas telefónicas y las comunicaciones por carretera y ferrocarril.

Según los meteorólogos, «el ciclón se produjo cuando un torbellino de aire frío de unos 400 kilómetros de radio se separó de una perturbación procedente del Ártico y entró en el Mediterráneo, chocando con un flujo de aire húmedo africano», lo que provocó la descarga de agua. Es la misma tormenta que afecta esta semana al territorio catalán.

El servicio de meteorología bautizó el ciclón como Cleopatra, la fea reina de Egipto, pero muy codiciada por César y Antonio, lo que provocó una guerra civil en Roma. Algo parecido a la guerra meteorológica que ocurrió ayer en la isla.