Miles de franceses desfilan en La Bastilla contra la reforma laboral de Hollande

La marcha que el Gobierno autorizó tras haberla prohibido transcurrió sin incidentes y bajo un impresionante dispositivo policial

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EVA CANTÓN / PARÍS

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Además de sus connotaciones revolucionarias, la plaza de la Bastilla de París es el lugar donde François Hollande festejó su victoria en las elecciones presidenciales la noche del 6 de mayo del 2012. A partir de este jueves, 23 de junio, será sin duda recordada por haberse convertido en el escenario de la más peculiar de las manifestaciones contra la reforma laboral del presidente socialista.

También por ser un símbolo de la victoria sindical después del vaivén del Gobierno, que la prohibió y la autorizó en el intervalo de tres horas frenéticas que originaron una tormenta política a izquierda y derecha. La movilización convocada por siete centrales sindicales –la décima en cuatro meses de conflicto- ha sacado este jueves a la calle entre 20.000 y 60.000 personas, según la policía y los organizadores, respectivamente.

Los sindicatos pueden apuntarse un tanto al haberle ganado la batalla al primer ministro, Manuel Valls, partidario de aplicar mano dura después de las escenas de guerrilla urbana que se vivieron en la manifestación del pasado 14 de junio.

ACUERDO 'IN EXTREMIS'

Sin embargo, el restringido recorrido pactado ‘in extremis’ con el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, un circuito de apenas dos kilómetros en torno al puerto del Arsenal, para garantizar la seguridad de la marcha, no era propicio para una protesta masiva.

Algunos se mostraban molestos con el trayecto, comparando la manifestación con un tiovivo, como hizo la exministra ecologista Cécile Dufflot, muy crítica con el impresionante dispositivo de seguridad.

Se habían desplegado unos 2.000 policías para acordonar y controlar los accesos a todo el perímetro del desfile, donde se registraban sistemáticamente bolsos y mochilas. 

AL MENOS 10 DETENIDOS

Todo transcurrió con normalidad, aunque una vez disuelta la manifestación algunos grupos intentaban proseguir la protesta en la cercana plaza de la República y fueron bloqueados por las fuerzas del orden.

Antes de que arrancara la marcha parisina fueron detenidas casi cien personas que llevaban objetos susceptibles de ser utilizados como armas arrojadizas.

Los locales situados en el trayecto habían echado el cierre o protegido sus fachadas con paneles de madera, las bocas de metro próximas a la plaza de la Bastilla estaban cerradas o fuertemente custodiadas por los antidisturbios y muchos barcos fondeados en el pequeño puerto que une el Canal Saint Martin con el Sena se habían trasladado temporalmente a un lugar más seguro.  

En total, se han manifestado 70.000 personas en toda Francia, según la policía, y se han practicado 117 detenciones. Los incidentes más graves se han producido en Rennes, donde grupos violentos han provocado numerosos daños materiales.

A pesar de que la movilización pierde fuerza, el pulso entre el Ejecutivo y los sindicatos está lejos de haber terminado porque está convocada una nueva jornada de protesta el próximo 28 de junio.El presidente François Hollande, no obstante, ha dicho que la reforma “irá hasta el final”.

FLEXIBILIDAD

Para el líder de Fuerza Obrera, Jean Claude Mailly, la pelota está ahora en el tejado del Gobierno, al que ha pedido un poco de “flexibilidad”. Y el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, ha acusado a Valls de “echar leña al fuego” cada vez que se intenta rebajar la tensión.

Las centrales sindicales han renunciado a exigir que se aplace el debate parlamentario de la ley, ahora en el Senado donde la mayoría conservadora puede endurecer el texto, pero siguen oponiéndose al artículo de la reforma que otorga prioridad a los acuerdos empresariales frente a los sectoriales.