Merkel la lía en Grecia al sugerir un referendo sobre el euro

Los partidos griegos critican con dureza la actitud de la cancillera alemana

ANDRÉS MOURENZA
ATENAS

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La cancillera alemana, Angela Merkel, pidió ayer que los griegos lleven a cabo un referendo paralelo a las elecciones del 17 de junio en el que decidan si desean permanecer o no en el euro. Aunque luego un portavoz del Gobierno alemán desmintió que la líder germana hubiese dicho tal cosa, bastó para encender aún más los ánimos griegos.

La noticia saltó a causa de una llamada telefónica de Merkel al presidente de la República, Karolos Papulias, al mismo tiempo que el también alemán, pero socialdemócrata, Martin Schulz, presidente del Parlamento europeo, trataba de mostrar la mejor cara europea a los helenos durante un viaje de trabajo a Atenas.Schulz mostró comprensión hacia el «sufrimiento» griego y pidió que cumplan las reformas de Bruselas aunque dejando la puerta abierta a que en breve se opte por la vía del «crecimiento y no solo de la austeridad».

Al mismo tiempo, Merkel telefoneaba a Papulias para exigirle que Grecia forme un Gobierno «lo más pronto posible» tras las elecciones, a pesar de que aún queda un mes para ellas. Eso fue todo lo que trascendió. Pero Papulias transmitió la conversación al completo al primer ministro interino, el jurista Panayotis Pikrammenos, y dado que este no tiene más capacidad que la gestión del Estado por dirigir un Gobierno de mera transición, se lo contó a los líderes de los partidos políticos.

DESAFORTUNADA/ Al final todo se supo: Merkel había pedido que los griegos llevasen a cabo un referendo sobre el euro (tras el desmentido alemán, la oficina del presidente griego insistió en que esa fue la petición de Berlín).

«La proposición de Merkel de un referendo, especialmente en tiempo de elecciones es, como mínimo, desafortunada e inaceptable. ¿Por qué se dirige al pueblo griego en el momento menos apropiado y con el mensaje menos apropiado?», se preguntó el líder conservador, Antonis Samarás. Para Alexis Tsipras, líder de la izquierda radical y favorito en los comicios de junio, la respuesta es sencilla: «La señora Merkel se ha acostumbrado a dirigirse a los líderes políticos de Grecia como si esto fuese un protectorado».

El enfado es singular y entendible, dado que fue la propia Merkel la que más presionó para que el exprimer ministro griego Yorgos Papandreu se envainase en noviembre el referendo sobre las medidas del plan de rescate, antes de que este fuese aprobado por el Gobierno no electo de Lukás Papadimos.

De hecho, según una encuesta publicada ayer por el semanarioTo Pontiki,el 54% de los griegos desea permanecer en el euro solo si no tiene que hacer más sacrificios, en cuyo caso apostarían por el dracma. Apenas el 34% exige mantenerse en el euro «a toda costa».

Desde Washington, el presidente francés, François Hollande, coincidió con el de EEUU, Barack Obama, en señalar que Grecia «debe permanecer en la Eurozona».