DEBATE EN EL ORGANISMO FINANCIERO INTERNACIONAL

Latinoamérica se planta y pide al FMI que deje de prestar a Grecia

Un profesor topa con un escudo policial durante una reciente protesta de maestros contra los recortes, en Atenas.

Un profesor topa con un escudo policial durante una reciente protesta de maestros contra los recortes, en Atenas.

ABEL GILBERT
BUENOS AIRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Brasil y otros 10 países latinoamericanos rechazan que el Fondo Monetario Internacional (FMI) siga financiando a Grecia porque, se asegura, existe un riesgo de que ese flujo de dinero nunca sea devuelto. El FMI decidió el lunes liberar 1.700 millones de euros más en préstamos de rescate a Grecia. El organismo, que ya ha aportado a Grecia 28.000 millones de euros, no descartó que ese país pueda requerir otros créditos. «Los recientes acontecimientos en Grecia confirman algunos de nuestros peores temores», dijo al respecto Paulo Nogueira Batista, director ejecutivo de Brasil en el Fondo Monetario.

«La aplicación (del programa de reformas) ha sido insatisfactoria en casi todas las áreas», añadió. Batista basó sus impresiones en un informe del FMI en el que se advierte que, si las reformas descarrilan en Grecia y Europa le retira su apoyo, la «capacidad de pago del Fondo sería probablemente insuficiente».

Brasil, y especialmente Argentina, su principal socio en la región, saben, por experiencia propia, que las recetas del Fondo no auguran resultados prometedores. América Latina, que este año crecerá un 3% promedio, no quiere financiar la crisis griega. De acuerdo con Batista, el reciente informe del FMI insinúa la «posibilidad» de «contemplar abiertamente» un impago o retrasos en el pago «por parte de Grecia de sus obligaciones con el FMI».

MAYOR PROTAGONISMO/ Brasil representa en el FMI a República Dominicana, Ecuador, Guyana, Haití, Nicaragua, Panamá, Surinam y Trinidad y Tobago. Ninguno de esos países tiene aspiraciones a desempeñar un papel en la entidad financiera. Pero Brasil sí. Por eso, viene expresando en los últimos años un deseo de mayor protagonismo.

La zona euro, que ayer desembolsó otros 4000 millones de euros para Grecia, y EEUU, son los que han respaldado con mayor énfasis las ayudas a Atenas y, además, son los que tiene mayor poder de voto en el Fondo. Para Brasil, los cambios en la economía mundial no se reflejan en el FMI. Las economías emergentes suman en la actualidad el 45,3% de los aportacdionesde la entidad. En el caso de Brasil, su participación ha pasado del 2,2% al 2,3%. El gigante sudamericano y China son los países que ganaron mayor peso dentro del Fondo. Las naciones «desarrolladas» representaban en 2008 el 63,8% de los aportes. Ahora, la proporción es de 54,7%. La participación de EE.UU se redujó del 19% al 15,6%.

En este contexto, Paulo Nogueira Batista, el director ejecutivo de Brasil en el Fondo, ha criticado a la titular del organismo, Christine Lagarde, por retirar su recomendación de respaldo a la presentación de Argentina en la Tribunal Supremo de EEUU, en el marco del juicio que mantiene con un grupo de tenedores de bonos, que quedaron fuera de la renegociación de la deuda.