ENTREVISTA CON EL Exgeneral bosnio

Jovan Divjak: "En Bosnia persiste el odio interétnico"

Divjak posa en la sede del ICIP, antes de recibir el premio, ayer.

Divjak posa en la sede del ICIP, antes de recibir el premio, ayer.

MARTÍ BENACH
BARCELONA

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Jovan Divjak (Belgrado, 1937), el general serbio que desertó del Ejército yugoslavo para dirigir la defensa de Sarajevo en el asedio sufrido en la guerra de Bosnia (1992-1995), cofundó luego la asociación OGBH, para ayudar a los huérfanos del conflicto. Ayer estuvo en Barcelona, donde recibió el tercer Premi Constructors de Pau concedido por el Institut Català Internacional per la Pau, y reflexionó sobre la profunda crisis social y política que persiste en Bosnia.

-La indignación por la crisis en Bosnia estalló en febrero con violentas protestas. ¿A qué se debieron?

-No fueron nuevas. Las protestas existen desde hace años. También las hubo en el 2006, el 2008 y el 2010. La gente está harta de votar por unos partidos que luego no hacen nada. Gastan dinero y no cumplen nada de lo que han prometido.

-¿Habrá una revolución social o serán absorbidas por el sistema?

-Me temo que el movimiento acabará integrado en el sistema. Las protestas han disminuido, y ni la clase obrera ni los universitarios han salido en masa a la calle. Además, ha habido acciones contradictorias. Por desgracia, la ley no permite convocar elecciones anticipadas. En octubre, pues, cuando se celebren, dé por seguro que volverán a ganar los llamados partidos nacionalistas.

-En la Republika Srpska también hubo protestas, pero menos intensas.

-En la RS los medios han hecho una presión enorme para que los ciudadanos no salieran a manifestarse. Dicen que lo que pasa en el resto del país va contra el ente autónomo serbio. Y han conseguido convencerlos. En muchas ciudades de mayoría bosniomusulmana, croatas y serbios dijeron también que las protestas iban contra ellos, cuando todos sabemos que el gran problema de Bosnia es su medio millón de parados [para 3,8 millones de habitantes]. El sueldo medio es de 450 euros al mes, y la pensión media es de 160 euros. Esos son los problemas reales.

-¿El problema de fondo sigue siendo el odio y la rivalidad interétnica?

-Sí, y la situación se está fortaleciendo. En Bosnia siempre ha habido dos discursos extremos: el de la unidad y el del separatismo. En el aspecto político existe una guerra verbal, muchas palabras de odio entre los distintos grupos enfrentados en la guerra, acusándose de todo lo que no funciona. El problema son los partidos políticos que hace 20 años que están en el poder y que realmente no han hecho nada para mejorar las cosas.

-¿Hacia dónde va Bosnia? Hacia la integración o a la disgregación?

-Existen fuerzas contrapuestas. La RS tiene el apoyo de Serbia y de Rusia para separarse de Bosnia. No han permitido que entrara en la OTAN. El futuro de Bosnia está en Europa, pero después de tantos enfrentamientos internos, me pregunto cuánto tiempo dedicará Europa a ayudar a Bosnia a integrarse en la UE.

-¿Cuántos años deben pasar para cerrar las heridas de la guerra?

-En política nunca se sabe. Entre Francia y Alemania pasaron 40 años. El problema de Bosnia persiste entre nuestros pueblos, tres naciones con tres religiones. Deberíamos admitir errores y dejar de acusar a los otros. Ni el Parlamento de Bosnia-Hercegovina ni el de Serbia han reconocido aún el genocidio de Srebrenica. Por eso croatas y musulmanes tampoco han querido admitir otras atrocidades y pedir disculpas.

-Mantiene usted que el futuro de su país está en manos de los jóvenes.

-Sí, por eso creamos la asociación de ayuda a los niños víctimas de la guerra. Ya hemos atendido a más de 5.000 huérfanos sin mirar sus orígenes. Hemos asignado más de 50.000 becas, y hemos distribuido material escolar a los que lo necesitaban.