Análisis

Hollande y Merkel se enfrentan a la ira de Zeus

ROSA MASSAGUÉ

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Los penúltimos peores augurios (siempre cabe un paso más hacia el desastre) se han cumplido. La incertidumbre política griega se agranda y la de los mercados no para de crecer. En las recientes elecciones, los griegos votaron a la contra de todo y de todos, ya fueran sus políticos locales tradicionales o las instituciones internacionales.

El resultado fue la máxima expresión de un voto de protesta, de un voto en clave estrictamente negativa. Fue también algo así como una primera vuelta electoral. Ahora, abocados a un abismo cada día más profundo, cabe esperar que en estasegunda vueltalos griegos vayan a las urnas para depositar un voto en positivo. Sin embargo, para que sea así, los partidos deben hacer el ejercicio de responsabilidad que no han hecho hasta ahora.

En ayuda de la salida del marasmo griego concurrenFrançois HollandeyAngela Merkel, pero lo hacen desde ángulos contrapuestos. La derrota histórica de la CDU en las elecciones del pasado domingo en ellandde Renania del Norte-Westfalia, el corazón industrial de Alemania, erosiona a la cancillera.

Aquel resultado no hará queMerkelrenuncie a su credo de austeridad y ajustes, pero si el eje franco-alemán debe funcionar, y de momento la UE necesita que lo haga para asegurar su funcionamiento, alguna base de acuerdo debe alcanzar con un presidente francés que ha centrado el programa electoral que le ha llevado al Elíseo en la defensa del crecimiento.

Martin Schulz, el presidente del Parlamento Europeo, decía hace pocos días en Barcelona que la cancillera sería flexible.Merkel también sabe que aquella victoria del socialista francés agrieta la ortodoxia neoliberal que hasta ahora parecía monolítica en el escenario europeo.

También deHollandese espera flexibilidad. Como dice la frase repetida hasta la saciedad, Francia y Alemania están condenadas a entenderse más allá de la distinta ideología política de sus dirigentes. No es la primera vez que un ocupante del Elíseo y otro de la cancillería berlinesa pertenecen a familias políticas distintas sin que ello fuera obstáculo para el entendimiento en la construcción de Europa.

El problema al que ahora deben hacer frente es el de una situación en la que ya no se construye. Por el contrario, las fuerzas destructivas de Europa ganan terreno día a día.

El rayo que ayer alcanzó el avión presidencial deHollande parece indicar que la paciencia deZeus, padre del Olimpo griego y dios de los cielos y del trueno, ha llegado a su límite.