FRANCIA

Hollande compite con Sarkozy por atraer a los votantes de Le Pen

Marine Le Pen, en un acto reciente.

Marine Le Pen, en un acto reciente.

ELIANNE ROS
PARÍS

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Marine Le Pen es en estos momentos la mujer más cortejada de Francia. Los dos contendientes de las presidenciales, Nicolas Sarkozy y François Hollande, se lanzaron ayer descaradamente a la caza de los 6,4 millones de votantes de la líder de la ultraderecha, que tienen en sus manos la llave del Elíseo. Ambos dijeron «comprender» su mensaje, pero su interpretación del mismo dista considerablemente .

«Es un voto de cólera social, de cambio, y de rechazo a la política del presidente saliente», opinó el candidato socialista, que eligió para su mitin del día un feudo del Frente Nacional, l'Aisne, departamento rural y obrero del norte. Según un estudio de Le Monde, es en las poblaciones rurales donde la ultraderecha avanza más mientras se estanca, e incluso retrocede, en las zonas urbanas.

Para Sarkozy, se trata de un sufragio de «desesperanza» frente a la pérdida de un modo de vida. El candidato a la reelección, que juzga el discurso de Le Pen «compatible» con la República, recuperó sus temas predilectos de la inmigración y la seguridad para reconquistar a unos electores que hace cinco años creyeron en él y que se sienten defraudados. «No podemos seguir recibiendo tantos extranjeros», clamó Sarkozy en Longjumeaux, la población de la que es alcalde su portavoz, Nathalie Kosiusko Morizet, y donde el domingo ganó Hollande.

«El cortejo es un poco grosero», opinó Marine Le Pen, que sueña con una explosión del partido de Sarkozy para ocupar el espacio de la derecha y convertirse en la oposición de «la izquierda ultraliberal». Por eso, lo más posible es que, el próximo día 1, en la marcha de homenaje a Juana de Arco, llame a votar en blanco. De mantenerse el porcentaje de votos (17,9%) de su partido en las legistativas del próximo mes de junio, pasaría a segunda vuelta en 355 de las 577 circunscripciones. Es decir, que tendría muchas posibilidades de lograr representación en el Parlamento pese a un sistema mayoritario que penaliza a los partidos pequeños.

GRITO DE LA CÓLERA / A diferencia del presidente, Hollande evitó las concesiones a la ideología del Frente Nacional. El aspirante socialista, que sigue en cabeza en las encuestas cara a la segunda vuelta, mantuvo su propuesta de que los inmigrantes puedan votar en las elecciones municipales. Sarkozy advirtió de que, si esto se produce, lloverán candidaturas «comunitaristas», es decir, de líderes de comunidades inmigrantes, que defenderán prácticas ajenas a los valores de la República, como horarios diferentes para hombres y mujeres en las piscinas públicas. Hollande, por su parte, considera que muchos electores del FN proceden de clases populares a las que hay que convencer de que «la izquierda es quien mejor las defiende» porque está «contra los privilegios, la globalización financiera, la Europa desfallecida». Por primera vez, un socialista no trata con desprecio a los votantes de la ultraderecha. «He oído el grito de cólera y he respondido con un mensaje de conciliación».