POLÉMICA EN RUSIA

La guerra de los soldaditos de plomo

LEV GANIN / MOSCÚ

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Setenta años después de vencer a Alemania en la segunda guerra mundial, Rusia de nuevo está en guerra con soldados alemanes nazis. Y aunque esta vez se trata de soldados de plomo o plástico, es una guerra sin piedad.

La policía, los servicios especiales y jóvenes fieles al presidente ruso, Vladímir Putin, rastrean los comercios de toda Rusia y las páginas de internet en busca de vendedores de soldados de juguete con las insignias de Alemania nazi. El Centro ruso de Educación Patriótica de Niños y Jóvenes (Rospatriottsentr) ha instado a todos los ciudadanos a visitar las tiendas de juguetes en sus regiones para ver qué se vende, sacar fotos y enviarlas a un buzón especial, con el fin de llevar a cabo una investigación.

Esa campaña empezó hace unos días, al abrirse una causa penal contra una compañía moscovita que vendía soldados de plomo con uniforme con la cruz gamada. Los agentes incautaron una partida esos juguetes en el recientemente reabierto centro comercial infantil en pleno centro de Moscú, a dos pasos del Kremlin y de la Duma (Cámara baja). Detski Mir, la principal tienda infantil en los tiempos de la Unión Soviética, volvió a abrir sus puertas tras unos trabajos de reconstrucción que han durado siete años.

Las autoridades acusan a los responsables de vender esos muñequitos de «incitar al odio interétnico y humillar a la dignidad humana». La venta de juguetes que imitan a soldados nazis solo puede calificarse como una profanación de la memoria histórica y debe recibir una adecuada respuesta jurídica, advierte el jefe adjunto del grupo parlamentario del partido oficialista Rusia Unida, Franz Klintsévich. El diputado considera que la idea de vender en juguetes con imagen de «criminales de guerra solo se puede ocurrir a un loco o a una persona que no respeta a su país». «Si la legislación vigente no alcanza para impedir semejante práctica, encontraremos cómo modificarla para que tales ideas queden desterradas», promete.

UN PRECEDENTE

Sin embargo, no todos están de acuerdo con semejante enfoque. Varios empresarios, abogados y expertos consideran que se trata de un precedente muy peligroso que permite abrir procedimientos penales incluso contra medios de comunicación que publican fotos históricas y autores de documentales. «¿Cómo explico a mis hijos contra quienes lucharon sus bisabuelos si una parte de ese conflicto queda vetada?», dice Borís Sumarókov, director de la compañía que puso en venta a los soldados prohibidos. Junto a los nazis, en el escaparate estaban los soldados de todos los países de la coalición antihitleriana.

Según el abogado Ramil Ajmetgalíev, todas las leyes rusas que reglamentan el uso de los símbolos de la Alemania nazi estipulan que para decidir si se viola o no la ley hay que tener en consideración el contexto y la intención o no de incitar al odio. Así lo explicó el Tribunal Supremo en un auto en el 2012. «Sin embargo las fuerzas de orden no prestan demasiada atención a esa explicación. Hace poco en la ciudad rusa de Kazan fue multado el autor de un artículo crítico con el nazismo que iba acompañado de unas fotos de los símbolos prohibidos», dice Ajmetgalíev.

En crisis con Occidente por Ucrania, Moscú ha reforzado la campaña para exaltar su victoria sobre la Alemania nazi. El próximo 9 de mayo, Rusia conmemorará los 70 años de la victoria soviética sobre el nazismo. Varios líderes europeos, entre ellos la cancillera alemana Angela Merkel y el 'premier' británico David Cameron, ya han declinado la invitación. Sí estarán el líder norcoreano Kim Jong-un y el presidente chino Xi Jinping.