MOVILIZACIONES EN FRANCIA

Gaza en la 'banlieue'

Batalla campal 8 Policías antidisturbios ante los manifetantes en el barrio de Sarcelles, ayer.

Batalla campal 8 Policías antidisturbios ante los manifetantes en el barrio de Sarcelles, ayer.

ELIANNE ROS / París

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A más de 3.000 kilómetros de la banda de Gaza, la escalada bélica entre Israel y Palestina está teniendo repercusiones preocupantes. Por segundo día consecutivo, las manifestaciones de propalestinos degeneraron ayer en violentos disturbios en la periferia de París. La sinagoga y varios comercios judíos de la ciudad de Sarcelles fueron atacados con cócteles molotov por parte de varios centenares de palestinos que desafiaron la prohibición del Gobierno francés de manifestarse en protesta por la sangrienta ofensiva bélica de Israel en el territorio palestino.

Sin embargo, la decisión del Ejecutivo de François Hollande, basada en el riesgo de incidentes, no solo no impidió la movilización, sino que esta degeneró en violentos enfrentamientos. Pese al importante dispositivo policial, al final de la manifestación se produjeron escenas de guerrilla urbana. Una parte de los simpatizantes propalestinos incendieron vehículos, volcaron y quemaron contenedores, rompieron mobiliario urbano y la emprendieron contra establecimientos propiedad de judíos.

El ambiente era especialmente tenso en las inmediaciones de la sinagoga de Sarcelles, fuertemente protegida por la policía y ante la que se concentraron una treintena de jóvenes proisraelís armados con barras de hierro y porras. «Israel asesino», «muerte a los judíos», se podía oír desde el lado de los propalestinos. Algunos miembros de la Liga de Defensa Judía, cuya concentración también fue prohibida, respondieron con un obsceno «Palestina te damos por culo». Algunos periodistas fueron agredidos y despojados de su material por los manifestantes.

No es la primera vez que se producen incidentes entre la comunidad árabe propalestina y la judía en Sarcelles, ciudad conocida como la pequeña Jerusalén y de la que fue alcalde el dirigente socialista de origen judío Dominique Strauss-Kahn antes del escándalo sexual que en el 2011 le apeó de la política.

El presidente, François Hollande, llamó a «no dejarse llevar por querellas que suceden demasiado lejos de aquí». Más intransigente se mostró el primer ministro, Manuel Valls, que justamente ayer participaba en la conmemoración del 72º aniversario de la redada del Vel d'Hiv, donde unos 13.000 judíos fueron detenidos, y posterioremente deportados, por las autoridades francesas. Tras denunciar el ascenso de «un antisemitismo que avanza enmascarado» Valls consideró «inaceptables» los disturbios y justificó la prohibición de las manifestaciones.