GIRA AMERICANA

Francisco: "Las ideologías acaban mal"

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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El Papa cerró su primera gira pastoral latinoamericana con una misa en Paraguay ante un millón de personas. No fue el único baño de masas, pero sí quizá el de mayor contenido político. En el campo Nu Guazú, en la ciudad de Luque, se escuchó su último llamado a oponerse a la «lógica del dominio» y su opción preferencial por los pobres. Lo escucharon en estado de sobreactuado arrobamiento los presidentes de Paraguay, el magnate conservador Horacio Cartés, y la argentina Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra a una pronunciada distancia ideológica de su anfitrión. Si algo ha logrado el Pontífice es ser invocado por todos, también el ateo Evo Morales y el antiabortista Rafael Correa.

En Paraguay, la última escala de un viaje que lo llevó por Ecuador y Bolivia, el Papa consideró que «la adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro». Jorge Bergoglio exhortó en ese sentido a los empresarios a «no sacrificar humanos en el altar del dinero y la rentabilidad». La gira papal tuvo un claro cometido: la Iglesia debe recuperar su peso en una América Latina donde se concentran el 40% de los creyentes del mundo y donde, también, se verifica una constante migración hacia las diferentes expresiones del evangelismo pentecostal. Si en 1960 el 90% de la población de la región se consideraba católica, hoy solo lo hace un 69%.

Es en ese contexto en que la palabra de Francisco busca ocupar un lugar de centralidad y discusión con la sociedad civil. No en vano, el Pontífice fue enfático en la necesidad de abrazar el Evangelio y evitar los caminos extremos. El Papa se pronunció al respecto sobre la situación de un policía secuestrado por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un grupo de confuso origen.

CAMPOS DE EXTERMINIO

«Alguien me dijo: fulano de tal está secuestrado por el Ejército, haga algo. Yo no digo si es verdad o no, si es justo o no, pero uno de los métodos que tenían las ideologías dictatoriales del siglo pasado era apartar a la gente, o con el exilio, o prisión en el caso de los campos de exterminio, nazis o estalinistas», dijo. Y añadió: «Las ideologías terminan mal, no tienen en cuenta al pueblo. Fíjense lo que ocurrió con las ideologías del siglo pasado, terminaron siempre en dictaduras».

En el 2013, cuando estuvo en Brasil en el marco de un encuentro juvenil mundial, Francisco acuñó la primera consigna de su papado: «Hagan lío», conminó a sus interlocutores. Dos años después, en Bolivia, y ante líderes de movimientos populares, pidió que «no se achiquen» a la hora de luchar por las «tres T (tierra, trabajo, techo)».