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EEUU saca a Cuba de la lista negra

Saludo simbólico entre Obama y Raúl Castro en Panamá el 11 de abril.

Saludo simbólico entre Obama y Raúl Castro en Panamá el 11 de abril.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Estados Unidos ha soltado lastre de otra de las reliquias de la guerra fría que envenenaba las relaciones con Cuba. Cumpliendo con los plazos anunciados, la Administración de Barack Obama sacó este viernes a la isla caribeña de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, una lista negra en la que había figurado desde hace 33 años por su apoyo a las guerrillas izquierdistas en América Latina África. La decisión de Washington es un paso más hacia la normalización de las relaciones diplomáticas tras más de medio siglo de hostilidad, un camino que debería culminar en las próximas semanas con la reapertura de embajadas.

El pasado mes de diciembre, después de que ambos países anunciaran por sorpresa la reanudación de los contactos para restablecer relaciones, el presidente Barack Obama ordenó al Departamento de Estado que reconsiderara la inclusión de Cuba en una lista que hasta ahora ha compartido con Irán, Sudán Siria. La cancillería de John Kerry concluyó en abril que no había motivos para mantener el estigma y las sanciones que lleva aparejadas la designación, y otorgó 45 días al Congreso para presentar alegaciones. El régimen de los Castro cuenta con numerosos detractores en las dos cámaras del Parlamento, tanto demócratas como republicanos, pero nadie ha puesto obstáculos para revertir los planes de la Administración.

«Si bien EEUU tiene importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de acciones de Cuba, todas ellas están fuera de los criterios relevantes para rescindir la designación de país promotor del terrorismo», dijo este viernes el Departamento de Estado al oficializar la decisión. En realidad hace ya muchos años que podría haberse adoptado. En 1998, un informe de la inteligencia estadounidense concluyó que Cuba ya no representaba una amenaza para la seguridad nacional y, en el 2008, otro informe del Departamento de Estado precisó que «ha dejado de apoyar activamente la lucha armada en América Latina y otras partes del mundo». Una lucha que, por cierto, respaldó mientras su vecino del norte apuntalaba dictaduras militares y armaba a escuadrones de la muerte para frenar el arraigo del comunismo y de proyectos reformistas en América Latina.

CONSECUENCIAS PRÁCTICAS

Ese mismo documento añadía, sin embargo, que La Habana seguía ofreciendo «un santuario a diversos terroristas», en alusión a varios fugitivos estadounidenses y miembros de ETA. La salida de Cuba de esa lista de países parias tiene consecuencias prácticas porque iba aparejada a una serie de sanciones, como la prohibición de exportar armas y mercancias a la isla o de recibir ayudas de EEUU.

Pero lo más dañino eran los efectos disuasorios, que dejaron a Cuba fuera del sistema financiero internacional, dado que muy pocos bancos se han atrevido a lidiar con un Gobierno sancionado por Washington. «Esta decisión dará a los bancos y empresas de terceros países algo más de tranquilidad al saber que no chocan con las leyes de EEUU si hacen negocios con un país de la lista», decía esta semana al 'Miami Herald' David Schwartz, presidente de la Asociación de Banqueros de Florida.

RESTRICCIONES ELIMINADAS

El grueso del embargo sobre Cuba sigue siendo una realidad, pero Obama ha conseguido levantar a golpe de decreto varias restricciones importantes. El nuevo clima de apertura ha propiciado entre otras cosas que la oficina de intereses cubanos en Washington haya entablado relaciones con un banco en la capital después de muchos años de ostracismo, según ha confirmado el Departamento de Estado. Hasta ahora, la legación tenía que pagar facturas y salarios con dinero en efectivo traído en valija diplomática desde la isla. La normalización bancaria era una de las condiciones necesarias para proceder a la reapertura de embajadas, un paso que se espera concretar en las próximas semanas.

Lo cierto es que todo está cambiando muy rápido. En los primeros cinco meses del años, ha aumentado en un 36% el número de estadounidenses que han viajado a la isla, pese a que no se han levantado las restricciones para los viajes puramente turísticos. Pero podría ser cuestión de poco tiempo. La aerolínea de bajo coste Sun Country empezó a volar en marzo a La Habana desde Nueva York Jet Blue pretende hacerlo desde el mes de julio.