Nuevo escándalo en Washington

EEUU espía a diario millones de llamadas de sus ciudadanos

Obama da el paraguas a su fotógrafo oficial, Pete Souza en Charlotte, ayer.

Obama da el paraguas a su fotógrafo oficial, Pete Souza en Charlotte, ayer.

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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No es el Imperio de Oceanía sino Estados Unidos; no es1984 sino 2013 y no es una ficción totalitaria imaginada por George Orwell sino una realidad. El Gobierno de Estados Unidos lleva al menos desde el 25 de abril espiando en secreto y a diario las llamadas de decenas de millones de sus ciudadanos según desveló el miércoles por la nocheThe Guardian. Y aunque al cierre de esta edición nadie en la Administración de Barack Obama había admitido públicamente el espionaje, fuentes de esa Administración reconocieron su existencia al defender que la información que se consigue con órdenes judiciales como la que publicó el diario británico «ha sido una herramienta crítica en proteger la nación de amenazas terroristas».

La orden, «alto secreto» que no estaba previsto desclasificar hasta 2038, partió de un tribunal secreto creado en paralelo la ley de vigilancia de espionaje extranjero de 1978, que regula el espionaje dentro de EEUU por motivos de seguridad nacional y cuyas provisiones se ampliaron con la ley patriótica aprobada tras el 11-S. Firmada por el juez Roger Vinson, la orden daba respuesta a una petición del FBI y ordenaba a la subsidiaria de líneas comerciales de Verizon, una de las mayores empresas de telecomunicaciones estadounidenses, facilitar «a diario» y hasta el 19 de julio a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) «todos los registros de llamadas entre EEUU y el extranjero o dentro de EEUU, incluyendo llamadas locales».

La información que Verizon está obligada a facilitar por lo menos hasta el 19 de julio (cuando la orden debería ser renovada) incluye números de teléfono, hora y duración de la llamada y otros aspectos técnicos. Y aunque no se espían «contenidos» de llamadas ni se dan nombres, direcciones o información financiera de clientes, expertos en comunicaciones creen que con lo recabado se puede identificar a cualquier usuario. Verizon tiene prohibido hablar de la petición del FBI y de la orden.

La fecha de la orden judicial, justo seis días después de que las autoridades detuvieran a uno de los sospechosos del atentado de Boston y mataran al otro, podría apuntar a una relación con ese caso, pero se ha espiado a millones de personas y en ninguna de las cuatro páginas de la orden aparece mención a ninguna investigación concreta. Y ese es uno de los puntos oscuros en el último escándalo que sacude a la Administración de Obama y la coloca en la picota por su actuación en materia de seguridad nacional y libertades civiles. No se sabe, por ejemplo, si hay más compañías telefónicas que han recibido las mismas órdenes o si el espionaje puede haberse llegado a líneas residenciales.

Es la primera vez, al menos que se sepa públicamente, que el Gobierno del demócrata hace uso de la polémica sección 215 de la ley patriótica, que usó la Administración de George Bush y que minimizaba los requerimientos judiciales para el espionaje interno.

CRÍTICA DE GORE /Algunos congresistas de los dos partidos defendieron el programa de espionaje y confirmaron que «las tres ramas del gobierno están involucradas en la revisión y autorización» de órdenes como esta, algo que habían dicho ayer fuentes de la Administración. Pero hubo también una enorme reacción crítica. El exvicepresidente Al Gore habló de un episodio «obscenamente escandaloso». Y Mark Udall, senador demócrata que lleva tiempo alertando sobre los excesos en la interpretación de la ley, declaró que «este tipo de vigilancia debería escandalizar a los estadounidenses». Udall y otro senador demócrata enviaron el año pasado una carta al fiscal general, Eric Holder, denunciando que «hay una significativa brecha entre lo que la mayoría de estadounidenses creen que permite la ley y lo que el Gobierno en secreto dice que la ley permite».