Gibraltar rechaza que la soberanía esté en juego: "Nunca será española"

People enter the British territory of Gibraltar at its border with Spain, in La Linea de la Concepcion

People enter the British territory of Gibraltar at its border with Spain, in La Linea de la Concepcion / JN//FL

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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Gibraltar, único territorio británico de ultramar físicamente dentro de la UE, votó mayoritariamente favor de la continuidad en la UE: un 94,9% (19.322 votos) de la población votó a favor de permanecer en la UE, mientras que el cinco por ciento restante, solo 823 'llanitos', se inclinaron por la salida de la Unión Europea.  El “brexit” tendrá gran repercusión en su actividad económica, pero según aseguró ayer en el Parlamento el ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, “Gibraltar nunca pagará el precio de la soberanía cambio de entrar en ningún mercado”. 

Las consecuencias más inmediatas del referendo empezaron ya a notarse ayer en el bolsillo de los gibraltareños, que se lanzaron a las casas de cambio para comprar euros ante el temor de que la libra siga cayendo. Pero el debate político se centró en la soberanía del Peñón, después de que el ministro de Exteriores español José Manuel García Margallo ofreciera la cosoberanía con un estatuto personal para que los gibraltareños mantengan la nacionalidad y un estatuto fiscal propio.

Tras un primer llamamiento “a la calma y la unidad”, recordando que el Reino Unido ha superado “mayores desafíos”, el ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, se mostró tajante en el Parlamento. No solo “no habrá conversaciones” sobre este tema, sino que Gibraltar  nunca será español, ni en parte ni en su totalidad”. 

RETRASOS EN LA FRONTERA

Picardo también aseguró que no se pondrán trabas a los 4.370 empleados fijos acuden a diario al Peñón, además de los 5.000 eventuales contratados en territorio británico, y que todos ellos “seguirán siendo acogidos”. Muchos de estos trabajadores expresaron su preocupación sobre el futuro a medio plazo, y hacían hincapié en las consecuencias inmediatas, como la rebaja de los salarios pensiones, que cobran en libras. El otro foco de conflicto, según  la asociación de trabajadores españoles en Gibraltar, se sitúa en el paso de la frontera y el desconocimiento sobre si necesitarán nuevos permisos.

En la mente flota la posibilidad de que se generalicen las “colas salvajes” de casi tres horas para cruzar la verja, una situación que se repite cada vez que se intensifican los controles de la Guardia Civil para evitar el contrabando. Estas colas se producen, casualmente, cuando aumenta la tensión diplomática entre las autoridades españolas y el gobierno de la Roca. La propia UE se ha interesado por los problemas en el paso de la frontera, y ha instado a España a adoptar soluciones para aliviar los fuertes “volúmenes de tráfico” de vehículos y personas, aunque avala los controles y entiende que no infringen la normativa comunitaria.

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