Disturbios graves en Río de Janeiro a 51 días del Mundial

La muerte de un joven bailarín en una operación policial desata protestas en Copacabana

EDU SOTOS / Río de Janeiro

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Brasil, y en concreto la ciudad de Río de Janeiro, viven estos días inmersos en un ambiente de completa inseguridad ciudadana. A menos de dos meses para el inicio de la Copa del Mundo de fútbol, la brutalidad exhibida en las continuas operaciones policiales en las favelas de la ciudad han creado un clima de gran tensión entre sus habitantes y la policía.

En la noche de ayer, cientos de vecinos de la favela de Pavao-Pavaozinho, situada en el emblemático barrio de Copacabana, salieron a las calles a protestar por la muerte violenta de un joven de 26 años a manos de miembros de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) al haber sido, según la versión oficial, confundido con un traficante de drogas cuando se dirigía a visitar a su hija de 4 años residente en la favela.

El cuerpo de la víctima, Douglas Rafael da Silva Pereira, conocido como "DG" y bailarín en un programa televisivo, había sido encontrado en torno a las seis de la tarde en el interior de una escuela en la favela. Según los testigos presentaba signos de haber muerto por las contusiones recibidas aunque el informe policial declaraba que las mismas se debieron a una caída del sospechoso al intentar huir de los agentes. "Estaba en posición de defensa, todo magullado y con las marcas de las botas en la espalda. No tenía marcas de disparos", declaró a la prensa local la madre del fallecido Maria de Fátima da Silva.

Campo de batalla

Al caer la noche, las inmediaciones de la favela ya se habían convertido en un auténtico campo de batalla. Explosiones, columnas de humo y un intenso tiroteo resonaron en uno de los barrios más ricos y principal destino turístico de la ciudad. Las tropas del Batallón de Choque se desplazaron hasta el lugar para intentar contener a unos 300 vecinos que, parapetados tras enormes barricadas, arrojaron objetos incendiarios y explosivos caseros para evitar el acceso de la policía a la favela. Incluso el BOPE, la temida tropa de élite de la policía brasileña, acudió al lugar en helicóptero aumentando el desconcierto y el pánico entre los vecinos.

En una medida desesperada se llegó incluso a cortar la electricidad a los 5.000 vecinos de la favela y todos los accesos al tráfico en la región. Según el diario brasileño O¿Globo, en la contienda incluso un menor de 12 años, identificado como Matheus, habría sido alcanzado por un disparo de la policía y fallecido en el lugar aunque no existe confirmación oficial.

"Escuchamos varias explosiones seguidas de un intenso tiroteo. Después llegaron los helicópteros y comenzaron los incendios en la favela", declaraba a EL PERIÓDICO la barcelonesa, Paula Muriel, que reside junto a otros cuatro catalanes en un piso a apenas 200 metros de la entrada a la favela y epicentro de la protesta.

La periodista de 27 años reconoce que, debido a la intensidad del enfrentamiento, en algunos momentos llegó a temer por su seguridad. "En casa nos sentímos seguros pero al bajar a la calle lo primero que nos dijo la policía es que nos podría alcanzar una bala perdida. Ahí me di cuenta que la cosa iba en serio", relata Paula quien se siente sorprendida ante un incidente tan violento en una de las zonas nobles de la ciudad.

"Lo que más me impacta es que este será el barrio en el que la mayoría de los turistas se hospedarán durante el Mundial. Los que vivimos aquí un tiempo sabemos como puede ser Río de Janeiro, pero no me esperaba tantísima violencia en esta parte de la ciudad", reconoce. Lo cierto es que, a falta de 50 días para que se dé inicio al torneo estrella de la FIFA, la situación en la ciudad que albergará la gran final en el Maracaná, prevista el día 13 de julio, es cada día más tensa.