Bruselas da por buenos los presupuestos de Francia e Italia tras sus mínimos ajustes

La Comisión Europea amenazaba con devolver las cuentas de París y Roma por déficits excesivos

MONTSE MARTÍNEZ / BRUSELAS

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Tras un pulso que ha subido de tono durante las últimas semanas, las aguas han vuelto a su cauce y la Comisión Europea (CE) no ha devuelto los presupuestos presentados por Francia Italia para el año 2015 por no cumplir con las exigencias de déficit para los países que comparten el euro.

Con actitud desafiante, París Roma esperaron hasta el último momento para anunciar nuevos ajustes -3.600 millones y 4.500 millones, respectivamente- en sus cuentas. Bruselas ha interpretado el gestomínimo por otra parte, como una respuesta "constructiva" a sus llamadas de atención. Así lo ha asegurado el vicepresidente de la CE y comisario de Asuntos Económicos, Jykri Katainen, que hasta tuvo a bien elogiar una mejora que ha calificado de "significativa".

Como si de una obra de teatro se tratara, los diversos actores (Bruselas por un lado y Francia e Italia por otro) han escenificado a la perfección un encontronazo en varios actos cuyo final feliz no ha sorprendido a nadie. Los Gobiernos italiano y francés, erigidos en los defensores de flexibilizar las exigencias de déficit en un momento en el que la economía de la eurozona está estancada, presentaron unos presupuestos de déficits excesivos y la Comisión Europea, en tanto que garante del cumplimiento del Pacto de Estabilidad, amenazó con sacar el látigo contra dos de las economías más importantes de Europa.

Tras agotar los plazos para alcanzar la máxima tensión, ha vuelto la convivencia. Ahora, al igual que el resto de países de la zona euro, Italia y Francia esperan al resultado del análisis de sus presupuestos en profundidad, que se espera para finales de noviembre. La Comisión Europea podría plantear algunas matizaciones pero, en ningún caso, devolver el presupuesto por incumplimientos graves.

Desde hace un año, la Comisión Europea tiene potestad para revisar los presupuestos nacionales, incluso antes que los propios Parlamentos, para asegurarse de que cumplen las normas de déficit y deuda establecidas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento -un acuerdo suscrito entre los Estados miembro que establece que el déficit no puede superar el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) y la deuda no estar por encima del 60% del PIB-. De incumplirse estas reglas, la CE puede devolver el presupuesto e incluso imponer sanciones. No hay precedentes, por el momento, de un rechazo que sería considerado como una humillación para el país en cuestión.