MÁQUINA

La avatar periodista

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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Se llama Anna y a su manera es incluso guapa. No es real, pero ya existe y es de temer que si, además, hace bien su trabajo, provocará algunos quebraderos de cabeza a los consumidores de información, al menos por televisión, pero sobre todo a los periodistas, que podrían resultar un poco menos útiles.

La joven no vive en Second Life, sino en el mundo real. Apareció como una especie de juego durante las pasadas navidades en la italiana DiLucca TV, o DTV  canal 89, leyendo las frases que daban paso a los programas. Pero en unos días se ha convertido, según anunció un periodista real cuando presentó o a la irreal,  en el “medio busto” que se dirige a los telespectadores desde la pantalla. Lee -o mejor, sabe de memoria- el suceso de turno, el bombardeo en Siria, la patera zozobrada en la isla griega de Lesbos o en la italiana Lampedusa, o los precios del mercado de la ciudad. Sustituye al periodista que lo hacía y cobraba por ello.

“¡Di Lucca me ha creado como medio busto para leer la información!”, anunció Anna hace unos días a los atónitos telespectadores de Lucca, ciudad italiana de la Toscana, explicando que “para los programas en directo deberéis contentaros de mi colega Daniele Vanni, a quien paso inmediatamente la línea”. Debajo de la singular presentadora, dos palabras: “Avatar News”.

No bastaban los recortes de plantillas justificados por la crisis o por presuntas pérdidas previstas en los ejercicios económicos por venir. Ni parece ser tampoco suficiente que en países como Italia, Rumanía o España muchos periodistas colaboradores saquen cinco euros por crónica. Anna puede acabar incluso con esas precariedades, a pesar de ser irreal.

El cronista que hay detrás

La nueva versión del personaje que puede sustituir a generaciones de periodistas ha salido de la mente de Arnaldo Moriconi, pero principalmente de la de su hijo, Manuele. “El periodista no puede perder el tiempo leyendo las noticias”, ha explicado el progenitor, sugiriendo que el informador, “el periodista humano, debe más bien ocuparse de confeccionar las noticias a partir de los hechos”. Asegura que “esta función permanecerá y será revalorizada”, porque “detrás del avatar habrá siempre el trabajo de un cronista que guiará la labor de Anna y, en tiempo real, actualizará las noticias”. 

“No hay nada que sea  moderno en hacer desaparecer al cronista en carne y huesos”, ha reaccionado, presidente del sindicato de los periodistas italianos (FNSI) Giuseppe Giulietti. "No existe una máquina que pueda sustituir la sensibilidad y la inteligencia humanas que se expresan no solo en el lenguaje, sino también en las miradas, pausas e incluso en los errores”, ha dicho. 

“Ciao, Giuseppe”, ha dicho el avatar Anna –con labios pintados de rojo- tras ser presentada en público, añadiendo que se ocupará de la lectura de los noticias, aunque la verdadera novedad será el hecho que los noticiarios se dirigirán también especialemente a sordos, porque cuanto dirá de palabra estará también escrito.  En el estreno, Anna ha saludado también a los telespectadores, explicando que pasaba “ inmediatamente la línea a Daniele Vanni quien, como cada mañana, se encuentra en las calles, plazas y mercados”. 

Un debate servido

El debate sobre el futuro de la información, o solo parte de ella  -como aseguran los “padres” de Anna-, parece estar servido. La robótica empieza a llenar las viviendas de aparatos que barren y limpian por su cuenta, en los hospitales los artilugios teledirigidos operan como un cirujano o mejor y ahora también la información parece haber alcanzado un peldaño más de automatización.

Anna no es, pues, sólo un avatar que rebaja costes y supuestamente libera a informadores para que puedan trabajar mejor, sino un nuevo desafío para la información contemporánea y futura.