PUGNA JUDICIAL

Argentina se sume de nuevo en la incertidumbre

Protesta contra la presión de los fondos especulativos.

Protesta contra la presión de los fondos especulativos.

ABEL GILBERT
BUENOS AIRES

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«Lo que nos toca vivir a los argentinos es violencia: misiles financieros. Pero no quiero pasar a la historia como pasaron otros (presidentes) sino como alguien que defendió los intereses de los argentinos», dijo anoche Cristina Fernández de Kirchner en respuesta a la decisión de dos calificadoras de riesgo de considerar que el país se encuentra en suspensión de pagos. «Estamos en el día 31 y el mundo sigue andando», dijo y aseguró que el país utilizará «todos los instrumentos legales» en su litigio con los fondos especulativos. «Quádense tranquilos, no haremos nada fuera de la ley ».

La presidenta habló pocas horas antes de la nueva audiencia fijada por el juez de Nueva York, Thomas Griesa. Hoy al mediodía representantes argentinos y de los llamados buitres volverán a verse las caras. «Negarse al diálogo es un absurdo, pero tenemos que defender los intereses del país, haciéndonos cargo en forma justa, equitativa y sustentable de la deuda », dijo, dejando entrever que nada positivo podría esperarse de ese encuentro.

PAVADA ATÓMICA / El mediador judicial, Daniel Pollack, consideró que el país ya entró en suspensión de pagos, y el ministro de Economía, Axel Kcillof, respondió que eso es «una pavada atómica». Según Kcillof, no se cumplen ninguna de las condiciones por las cuales un país suspende los pagos: insolvencia, declaración de una moratoria o la invalidez de los convenios firmados oportunamente. Las acciones de la Bolsa de Buenos Aires cayeron no obstante ayer un 6,8% y los diferentes títulos de la deuda argentina experimentaron retrocesos del orden del 8%.

En la noche del martes se cumplió el periodo de gracia para que los tenedores de bonos reestructurados tras un pacto con la Administración entre 2005 y 2010, que representan a un 92,7% de los acreedores, reciban el pago de 539 millones de dólares. El Gobierno envió esos fondos al Bank of New York (BoNY) a fines de junio. Sin embargo, el depósito fue bloqueado por Griesa, que exige que, primero, se cumpla su sentencia que obliga a Argentina a cancelar sus obligaciones con los buitres por 1.300 millones de dólares. La inédita situación  fue llamada Griefault, un juego de palabras que asocia al apellido del magistrado con el impago.

LA AMENAZA RUFO / Hay una línea que Argentina sabe que no puede traspasar. Si pagara a los fondos especulativos conforme lo dictado por el juez antes del 5 de enero sería una catástrofe. Porque hasta la primera semana de 2015 no expira la cláusula Rights Upon Future Offers (RUFO), que habilita a los otros acreedores a exigir las mismas condiciones de cobro que las que podrían beneficiar en este caso a los buitres. Están en juego más de 120.000 millones de dólares. «Nos piden cosas inaceptables», dijo Kcillof. La presidenta precisó: «Ellos quieren la sentencia usuraria, que les da el 1.680% de ganancia».

Al hablar al país, Cristina glosó un discurso de 2004 de Néstor Kirchner: «Los que endeudaron son los que siguen diciendo que hay que firmar a cualquier precio. Nuestra posición es razonada, seria, que no nos coloquen en ello que se viene el caos. Queremos convivir integrados a un mundo, pero también es hora de que ese mundo les ponga freno a los fondos buitre y a los bancos insaciables. Que no nos vuelvan a meter miedo». La presidenta dijo que esa postura sigue teniendo absoluta vigencia.

Argentina recibió ayer la solidaridad de Brasil. «No creo que Argentina esté en una suspensión de pagos, pues está pagando su deuda. La ha depositado  para sus acreedores y pagó al Club de París, pero enfrenta una situación que es excepcional, pues quien le impide pagar es un juez estadounidense», dijo el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega. Conjeturó que podría haber otras soluciones para  el problema «como que bancos privados compren los títulos de los fondos buitre».

Esa posibilidad mencionada por Mantega no ha llegado hasta ahora a buen puerto. Una delegación de banqueros argentinos retornó a Buenos Aires procedente de Nueva York donde intentó explorar la posibilidad de adquirir los bonos en manos de los grupos especulativos. Para los bancos locales no se trata de una acción samaritana: poseen en sus activos una cantidad elevada de títulos de deuda argentina que podría comenzar a desvalorizarse.

La oposición al Gobierno no se cansa de augurar calamidades. El jefe del Consejo de Ministros, Jorge Capitanich, dijo por su parte que Argentina no descarta recurrir ante la Corte Internacional de La Haya. La sociedad, en tanto, tiene miedos concretos: la inflación y perder el empleo por la recesión. Pero ayer no se hablaba de eso especialmente. Las conversaciones giraban en torno a la muerte de uno de los hombres más poderosos del país: el presidente de la sociación del fútbol, Julio Grondona.