Alerta en Alemania ante la aparición de una 'policía de la sharia'

«Nadie puede asumir el papel de la policía», dijo ayer, lunes, Angela Merkel a la cadena de televisión Sat-1. La cancillera ha pedido firmeza ante la aparición en Wuppertal de un grupo autodenominado 'Policía de la Sharia', que patrulla por las calles de la ciudad con la intención de hacer cumplir la ley islámica. Merkel aludió al «monopolio del Estado» como único garante de la seguridad, mientras que el responsable de Interior del estado de Baviera, Joachim Herrmann, ha pedido una cumbre extraordinaria de los 'länder' con el ministro federal, el democristiano Thomas de Maizière.

En cambio, los socialdemócratas (SPD), el otro gran socio de la coalición de Gobierno, piden calma y evitar caer ante cualquier provocación, según ha afirmado el jefe del grupo parlamentario del SPD, Thomas Oppermann que, sin embargo, se manifiesta en contra de la existencia de fuerzas parapoliciales. Ralf Jäger, ministro socialdemócrata de Interior de Renania del Norte Westfalia, argumenta que la legislación actual dispone de suficientes instrumentos para actuar contra estos grupos de salafistas

Wuppertal, enclavada en el estado occidental de Renania del Norte-Westfalia, es una de las ciudades con más presencia de militantes salafistas. Ataviados con chalecos reflectantes de color naranja, y con una inscripción que les identifica como 'Policía de la Sharia', estos grupos patrullan por la ciudad, especialmente, en las proximidades de las discotecas y de los casinos, e instan a la población a seguir las leyes del Islam, evitando el alcohol, la música y el juego.

Movimiento con 6.000 seguidores

Según los servicios secretos alemanes, los salafistas constituyen el grupo más dinámico dentro del movimiento islamista en el país, y está formado por unas 6.000 personas. En octubre de hace dos años, un tribunal de Bonn, también en Renania del Norte-Westfalia, condenó a un salafista a seis años de cárcel por unos incidentes en los que dos policías resultaron heridos de gravedad. El juez calificó a los salafistas como «prototipo de los peligros del fanatismo».