REVUELTA EN EL MUNDO ÁRABE

La OTAN descarta actuar en Libia sin un mandato de la ONU

ELISEO OLIVERAS / Bruselas

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La OTAN ha descartado cualquier involucración en la crisis libia sin un mandato preciso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La iniciativa impulsada por EEUU y Gran Bretaña de establecer una prohibición de vuelos en Libia para frenar la represión del régimen contra la revuelta de la población no ha encontrado aún el imprescindible respaldo de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU. La prohibición de vuelos al régimen exigiría además una intervención militar aliada para hacerla respetar, a lo que también se opone Turquía.

La Alianza Atlántica ha abordado en su reunión semanal la situación en Libia. Todos los aliados expresaron su «profunda preocupación» por la violencia y la «grave situación humanitaria», según fuentes diplomáticas.

Los embajadores de EEUU y Gran Bretaña han defendido con vehemencia en el Consejo Atlántico la necesidad de cerrar el espacio aéreo libio para detener los contrataques aéreos de Muamar el Gadafi contra la población, reducir el número de víctimas entre la población y acelerar la caída del régimen autoritario.

Preparación británica

El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, ha explicado en Bruselas que su país se está preparando para esa eventual operación de cierre del espacio aéreo libio, aunque ha asegurado que Londres nunca actuará en solitario. «En acontecimientos que evolucionan muy rápido como este, hay que planear y tratar de anticiparse, estudiar cualquier posible medida. Y eso es lo que hemos hecho y lo que habrán hecho la mayoría de gobiernos, incluido el asunto de la zona de exclusión», ha argumentado Clegg.

Sin embargo, numerosos países, como Francia, Alemania y España, han rechazado cualquier posibilidad de involucración de la OTAN en la crisis Libia sin un mandato preciso de la ONU en ese sentido y se han mostrado reacios a que la Alianza Atlántica intervenga en una operación ofensiva militar como la imposición de una prohibición de vuelos. Francia ha defendido que una eventual involucración de la Alianza Atlántica en Libia debería limitarse a apoyar las operaciones de ayuda humanitaria internacional a la zona.

El primer ministro turco, Recep Tayyid Erdogan, ha rechazado incluso la víspera el establecimiento de esa prohibición de vuelos en Libia y ha advertido de que una intervención internacional en el conflicto sería «inaceptable» y causaría «problemas masivos». «La OTAN no tiene nada que hacer allí», ha subrayado Erdogan.

Evacuación o ayuda humanitaria

El Consejo Atlántico ha acordado solamente que el comité militar continúe la planificación para una posible participación en operaciones de evacuación o ayuda humanitaria.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, continuará sus consultas estrechas con las principales organizaciones internacionales para que «la Alianza esté preparada ante cualquier eventualidad para aportar su ayuda si se le pide», han indicado fuentes atlánticas.

Ante la falta de apoyo de sus aliados, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, ha precisado posteriormente en Washington que EEUU «aún está lejos de una decisión» sobre la imposición de la prohibición de vuelos en Libia. «Hay mucha prudencia sobre las acciones que podríamos emprender más allá del apoyo a misiones humanitarias», ha declarado Clinton, aunque ha subrayado el temor a que «Libia se hunda en el caos y se convierta en una Somalia gigante», donde podrían actuar grupos terroristas islámicos.

Crítica tardía a Gadafi

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha intentado corregir su pasada complacencia con Gadafi mediante unas duras declaraciones en las que ha instado al dirigente libio a abandonar el poder para que «las fuerzas democraticas puedan diseñar el futuro».

Barroso ha afirmado que la UE «está al lado de la población árabe que lucha por la democracia», sin explicar porque hasta ahora la UE había respaldado a los regímenes autoritarios que habían impedido esa democracia por la represión y el fraude electoral. Barroso ha anunciado además que la UE reorientará su política hacia los países mediterráneos para apoyar esa transición democrática.