14 HERIDOS MUY GRAVES

Al menos 81 muertos en un incendio en una cárcel de Chile

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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Hacinamiento, alimentación deficiente, falta de planes de rehabilitación, malas condiciones sanitarias e higiénicas y muerte de reos en los recintos. Los problemas detectados en las cárceles de Chile por el Tribunal Supremo de Justicia, en junio del 2009, convertían al sistema penitenciario chileno en una bomba de tiempo. Y esta ha estallado hoy con el motín, la quema de colchones y el posterior incendio en la prisión de San Miguel, en la periferia de Santiago, que ha provocado un saldo provisional de 81 muertos, según ha confirmado el presidente del país, Sebastián Piñera.

"No podemos seguir viviendo con un sistema carcelario, que es absolutamente inhumano", señaló el mandatario en la puerta de la Posta Central de Santiago, uno de los centros hospitalarios adonde fueron trasladados algunos de los 14 heridos graves en el incendio. "La cifra (de víctimas) podría aumentar, porque hay heridos de gravedad. Esperamos que esto no ocurra, pero no podemos garantizar que el número de muertos no aumente", explicó Piñera, quien señaló que se están investigando las causas de este accidente.

A las 6 de la mañana

La Torre 5 del penal, donde se alojaban los reclusos más peligrosos, ha comenzado a arder a las seis de la mañana, de acuerdo con las autoridades. De inmediato se han presentado en el lugar los bomberos, dos de los cuales han sufrido heridas en las tareas de evacuación. Los gendarmes (vigilantes de la prisión) han logrado sacar a unos 200 reclusos, 14 de los cuales están en estado de extrema gravedad debido a las quemaduras en todo el cuerpo. El diagnóstico de ellos es muy incierto. El ministro de Salud Jaime Mañalich ha dicho que no habrá que esperar muchas horas, sino días, para poder establecer cuál va a ser el pronóstico de cada uno.

Centenares de familiares han llegado hasta las inmediaciones de la cárcel a la espera de conocer la identidad de las víctimas. Desesperados por la falta de información, han lanzado piedras contra los gendarmes. El intendente de la Región Metropolitana, Fernando Echeverría, se ha acercado  al grupo enardecido para pedirles tranquilidad y explicarles la complejidad de la situación.

El siniestro "más grave de la historia" del sistema carcelario, según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, ha iluminado de la peor manera una situación que estaba a la vista. En las afueras del penal, el diputado Hugo Gutiérrez, del Partido Comunista ha dicho que lo ocurrido era previsible. "Este nuevo sistema penal duplicó el número de personas encarceladas sin mejorar las condiciones”. De hecho, en la prisión de San Miguel había 1900 condenados, muchísimo más de lo admitido o tolerado. 

Consecuencias crueles

En julio pasado, Amnistía Internacional volvió a denunciar el problema. "A pesar de haber más recintos carcelarios, también tenemos muchos más presos y en consecuencia los riesgos de un trato cruel y degradante, ya sea con tortura o no", dijo en su momento Sergio Laurenti. El ministro de Justicia de Chile, Felipe Bulnes, admitió entonces que el hacinamiento penitenciario era de un 70% de media. Sin embargo, en algunas unidades, el problema casi se cuatriplicaba.

El relato de muchos exreclusos es coincidente: se les dice, al entrar, que habrá una litera por interno, pero no es posible porque no hay espacio. En el caso de la cárcel de Puente Alto que es para 600 internos, hay 2.000 convictos.Los encierros son de más de 15 horas. Un baño que alcanza para diez que tiene que ser compartido por 100.

La directora del Programa de Seguridad y Ciudadanía de la Flacso, Lucía Dammert, dijo que las autoridades deben preguntarse "por qué tanta gente presa, por qué tantas personas reinciden, por qué tanto hacinamiento y vulneración de los derechos al interior de los sistemas carcelarios".