ESTADO DE MÁXIMA ALERTA

Corea del Norte desata la alarma internacional con el ataque a territorio surcoreano

AGENCIAS

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Corea del Norte ha abierto la caja de los truenos. Literalmente. El ataque a una isla surcoreana ha desatado la alarma internacional a un conflicto armado nuclear. EEUU ha calificado de acción militar no provocada el ataque, que costó la vida a dos soldados surcoreanos, y prepara una respuesta unificada, mesurada y deliberada con sus socios del diálogo nuclear a seis bandas.

Washington considera que es importante que los socios del diálogo a seis bandas (EEUU, las dos coreas, Rusia, China y Japón) tengan una reacción "unificada y mesurada" ante el incidente. EEUU no va a entrar en el ciclo de acciones-respuesta que parece perseguir Pyongyang ni tampoco "va a compensar este tipo de actitud".

La prudencia de EEUU responde al potencial nuclear de Corea del Norte y las dudas sobre el papel que China puede tener en un endurecimiento del conflicto. El Gobierno del presidente de EEUU, Barack Obama, que condenó con firmeza el ataque, opina que China "podría desempeñar un papel constructivo" a la hora de tratar con Pyongyang.

Dos muertos

El ataque, que causó dos bajas militares a Corea del Sur, supone uno de los de los peores incidentes entre los dos países vecinos y enemigos desde el armisticio que detuvo la guerra de Corea, en 1953. EEUU, que aún mantiene desplegados en Corea del Sur a unos 28.000 efectivos tras la guerra de Corea (1950-1953), está en alarma roja.

El científico estadounidense Siegfred Hecker ya ha informado de los detalles de la visita que hizo recientemente a Corea del Norte y en la que Pyongyang le mostró material sobre un complejo secreto para el enriquecimiento de uranio. Hecker ha dicho que se quedó sorprendido por la capacidad del complejo, en el que vio centenares de centrifugadoras recién instaladas en una vieja planta procesadora de fuel.

El enfrentamiento de ayer

El enfrentamiento de ayer fue sorprendente. Un fragoroso intercambio de artillería de una hora reventó el armisticio que rige en la península coreana desde 1953. Pyongyang disparó docenas de proyectiles una isla en una frontera marítima en disputa. El vecino del sur respondió con otros 80 proyectiles. El resultado: dos soldados surcoreanos muertos, decenas de civiles y militares heridos, unas 70 casas destruidas y la mayor tensión en décadas alrededor del paralelo 38, la última frontera de la guerra fría.

En la isla, a 10 kilómetros de suelo norcoreano, viven 1.700 personas, que no van a olvidar lo sucedido. El detonante del ataque fueron unas maniobras militares que Seúl ha reconocido que efectuaba, con un total de 70.000 soldados.

Las relaciones entre ambos países ya se enturbiaron en marzo con el hundimiento de una fragata surcoreana y la muerte de 46 marineros, del que la comunidad internacional acusa a Pyongyang. Algunos analistas atribuyen la escalada bélica al intento del presidente, Kim Jong-il, de allanar el acceso al poder de su hijo, mediante la mejora de las relaciones de este con el estamento militar.