CONTROVERTIDA política migratoria de parís

La expulsión de gitanos tensa la relación entre Francia y Rumanía

VICENÇ BATALLA
PARÍS

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Las relaciones diplomáticas entre Francia y Rumanía pueden verse afectadas por la operación puesta en marcha por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de desmantelamiento de campamentos y expulsión de gitanos de Europa del Este, según se desprende de las declaraciones de las autoridades de Bucarest. El presidente de Rumanía, Traian Basescu, manifestó ayer su «pleno apoyo al derecho de todo ciudadano rumano a moverse libremente dentro de la UE». Estas palabras las pronunciaba el mismo día en que dos aviones partían de París y Lyón hacia la capital rumana con 70 gitanos que se han acogido a la ayuda al retorno del Gobierno francés.

Basescu habló por primera vez públicamente del tema después de una reunión en el noreste de Rumanía con el primer ministro de Moldavia, Vlad Filat. «Lo que sucede en París es una prueba de que debemos tener programas de integración europea de los ciudadanos de etnia romaní, teniendo en cuenta que no debe confundirse la asimilación con la integración», respondió el presidente rumano a la presión cada vez mayor de las autoridades francesas sobre esta población y lo que hace por ellos el Gobierno de Bucarest. El ministro de Exteriores rumano, Teodor Baconschi, se había declarado inquieto el día antes al considerar que «existe un riesgo de deslizamiento populista que puede generar reacciones xenófobas con el fondo de la crisis económica».

BRUSELAS Y EL VATICANO, CRÍTICOS / El portavoz de la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, alertó por su parte de que «no se puede tomar una decisión sobre toda una población» y pidió que las expulsiones se estudien caso por caso. E incluso el Vaticano ha criticado que se tomen «decisiones contra comunidades enteras», en boca del secretario del Consejo Pontificio para los Migrantes e Itinerantes, monseñor Agostino Marchetto.

De entrada, la cifra anunciada por el Ministerio del Interior francés de 700 gitanos rumanos y búlgaros deportados antes de fin de mes no se cumplirá. Ayer partió un primer avión de Air France desde el aeropuerto Charles de Gaulle de París hacia Bucarest con solo 9 de los 14 rumanos previstos a bordo, y por la tarde despegó otro de Blue Air desde Lyón donde debían ir 79, pero acudieron 61. Los restantes no se presentaron para ser trasladados al aeropuerto en autocar. Hoy y el jueves que viene deben salir otros tres aviones hacia Bucarest y Timisoara con un centenar de personas.