Lara Díez, actriz de 'Polònia': "En Gràcia la vida y el espacio te abrazan"

Disfrutar de la fama sin sufrirla. Eso es lo que hace Lara Díez (Lleida, 1985). Pese a no ser apenas maquillada para su papel de Inés Arrimadas, la política de Ciutadans, en el programa Polònia de TV-3,Polònia  se mueve por su barrio del Camp del Grassot i Gràcia Nova con absoluta tranquilidad, pues nadie la reconoce. "El pelo marca la diferencia", dice la actriz, vecina de Gràcia desde hace diez años.

"Yo ya tenía amigos de toda la vida que vivían aquí, y me gustaba mucho. La amistad hacía que yo ya le tuviera especial cariño al Grassot (el barrio de Gràcia por debajo de la Trav. de Gràcia y que limitan las calles de Bailén y Escorial, Sardenya y Rosselló)", dice Díez.

"Una de las cosas que me hace más feliz es que mi piso -un sexto- da al paseo de Sant Joan, porque puedo ver pasar las estaciones por sus árboles. Y me encanta ver pasar a la gente, especialmente los domingos, cuando me puedo recrear más en ello. Me gusta observar la familiaridad del barrio, desde casa: abuelos, algunos en silla de ruedas, jóvenes comiendo pipas en un banco... puedes ver a todas las generaciones, y eso me transmite sensación de comunidad, de vecindario", añade la actriz.

LUGARES FELICES

Díez sabe enmarcar en sus días los pequeños y grandes motivos, lugares y momentos de felicidad. Y muchos de los suyos se localizan en su barrio. "Hay sitios, como el paseo de Sant Joan, y creo que en Enric Granados también me pasaría, que me transmiten felicidad, sobre todo, por la vida que le da su gente", expresa quien también es Anna Gabriel (CUP) en Polònia

Cuando, en bicicleta o a pie, cruza el centro neurálgico de Gràcia, le gusta "sentir que el barrio está tan vivo". "La gente mayor compra en el mercado, y te sientes en un pueblo. Gràcia es inspiradora, una comunidad viva, con proyectos, que abre y cierra negocios, y todo es muy mono, pero, como en la vida, caes y te levantas, y sigues. Al cruzar sus calles sientes esa vida y el espacio que te arropan y abrazan", expresa Díez, que vino a Barcelona para estudiar en el Institut del Teatre y también se ha acabado especializando en Psicología y grupos y familias.

En Lleida, su ciudad natal, Lara Díez también tiene una calle que la arropa: "Es un trozo de la calle Major, donde mi abuela, la yaya, había tenido una tienda en la que yo pasé muchas horas". Hoy es esa abuela, materna quien viene a la gran ciudad, a pasar horas con ella. "Se sienta en el balcón a mirar el paseo", explica, agradecida por el humor que la yaya le ha transmitido.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Cinco sitios favoritos","text":"TEATRE LLIURE \"No quiero morirme sin actuar en \u00e9l. Es el lugar de mis sue\u00f1os\"."}}

"A mi abuela siempre le ha gustado imitar a gente y reírse de todo, incluso de nuestras situaciones familiares. Por eso me alegró tanto que alguien me dijera, hace poco, que Polònia era su momento de distensión semanal", cuenta. "He tenido mucha suerte de que todo el equipo del programa apostase por mí. Su valentía atrajo a la mía", dice quien empezó a actuar con Zum Zum Teatre.

LA RIQUEZA DE LOS BARRIOS

Durante un tiempo, Lara Díez fue de barrio en barrio explicando cuentos en sus bibliotecas. "Es una riqueza para la ciudad tener una variedad de barrios tan diferentes", opina. Díez forma parte de la compañía Retret Teatre, pero ha dirigido y escrito para L'Acudit d'Alfarràs. Muy cerca de su casa, en el Teatre Gaudí (Sant Antoni Maria Claret, 120), estrenó L'any dels 30, su primera obra como directora, dramaturga y actriz. Fue el año pasado, su gran año. Rodó para Juego de Tronos, se casó en Las Vegas y la fichó Polònia. Pronto empezará a rodar una comedia con El Terrat.