Los chefs brindan por el triunfo de sus colegas

Si algo tienen los hermanos Roca es el cariño de sus colegas. Volvió a quedar claro ayer, en cuanto se supo que el trío de Girona había alcanzado la última cima que les quedaba por hollar tras la consecución de la tercera estrella Michelin, en el 2009. Los cocineros catalanes consultados ayer por este diario parecían más contentos que los propios ganadores. También eran felices porque saben que el alcance de su éxito salpicará a toda la profesión.

Era el caso de Paco Pérez, que luce cuatro estrellas Michelin (dos por el Miramar de Llançà y otras dos por el Enoteca del Hotel Arts de Barcelona). «¡Es brutal, increíble, fantástico! Me alegro por ellos, por su familia y su equipo, pero también por la gastronomía del país porque sigue estando ahí arriba», comentó a última hora de anoche.

Jordi Cruz, que luce tres estrellas Michelin (dos por el Àbac barcelonés y una por Angle, en Sant Fruitós de Bages), y triunfa como jurado enMasterchef(La 1), también estaba encantado con el éxito de sus colegas. «Son amiguetes pero hay que decir se lo merecen porque son unos máquinas, saben mucho y son humildes y constantes. Joan es completo porque aúna modernidad y tradición; Josep domina la sala y el vino, y Jordi aporta la chispa, la frescura y el rock & roll con sus dulces. Son un círculo perfecto».

«SON GRANDES PERSONAS» / Albert Raurich, con una estrella Michelin ganada el pasado noviembre por Dos Palillos, destacó que el reconocimiento de los Roca «da continuidad al trabajo que se está haciendo en los restaurantes de Catalunya». «Se merecen eso y más porque son grandes personas», valoró. Mey Hofmann también estaba en línea con sus colegas. «Estoy enamorada de su cocina, me gusta mucho su trabajo porque consiguen la perfección y tienen una enorme capacidad de innovación. Desde siempre he dicho que es mi chef preferido es Joan. Además, los Roca son muy buena gente».