Las recetas de la 'mamma' Scorsese

Italoamericano es el nombre que reciben los estadounidenses con ascendencia italiana y es también el título del documental que Martin Scorsese dirigió en 1974 sobre esta comunidad. Nadie mejor que él para hacerlo, pues el célebre director es italoamericano de segunda generación. De hecho, la acción de la cinta transcurre únicamente entre el salón y la cocina de la casa familiar de los Scorsese, espacios donde el clan va desgranando su historia salpicándola con recetas de diversos platos.

Cuarenta años después, la editorial Confluencias acaba de publicar Italoamericanos, el libro de cocina de los Scorsese,Italoamericanos, el libro de cocina de los Scorsese una obra basada en dicho documental que revela la cultura culinaria de Catherine, matriarca de la familia y vivo retrato de una mamma italiana; de Charles, el padre del director de Taxi Driver; de personajes como la carnicera Mary Albanese y del Little Italy, el barrio neoyorquino donde vivía la familia Scorsese y donde nació el cineasta en 1942.

El ejemplar está aderezado con tradicionales recetas made in Italy pero también es un álbum familiar que reúne curiosas imágenes como la de Robert de Niro, Joe Pesci y Ray Liotta sentados junto a Catherine perteneciente a una de las escenas de Uno de los nuestros, (Scorsese, 1990), uno de los numerosos filmes en los que participó la madre del director.

Entre los suculentos platos que aparecen en el ejemplar destacan las sopas, como la minestrone o la de fagioli; platos de pasta, como los cavatelli con brócoli, la lasaña con carne, las panelle (fritura con harina de garbanzo) y la pasta a la putanesca. Uno de los capítulos más íntimos es el que revela el secreto mejor guardado de Catherine: su receta magistral de il sugo, es decir, la salsa. Una fórmula preparada con devoción y que todo italiano venera. «Quiero que me hables sobre la salsa». Esta es la premisa de la que parte Italoamericanos. 

Albóndigas tiernas

El recetario de Catherine también incluye platos caseros como los huevos escalfados con guisantes, sopa de pollo y escarola con carne, aunque lo más curioso es que la madre del cineasta no sabía cocinar cuando se casó y ella misma cuenta que tuvo que aprender de su madre y, sobre todo, de su suegra.

Las albóndigas merecen un capítulo aparte porque Catherine da mucha importancia a que estén tiernas, «no como esas albóndigas que te dan por ahí. Más duras no pueden ser. Si las arrojas contra la pared esta se resquebraja». Los postres y los platos especiales para Navidad, Santa Lucía y otras fiestas de guardar también ocupan una parte relevante del libro.