Reconocimiento a un diseñador catalán con gran proyección internacional

Josep Font, artesano de la moda más actual

El modisto logra el Premio Nacional por su concepto de 'prêt-à-couture'

Josep Font, en su taller en el 2008, cuando preparaba su asalto a los salones de París.

Josep Font, en su taller en el 2008, cuando preparaba su asalto a los salones de París.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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En el 2008, la Fédération Française de la Couture le invitó a participar en los grandes salones de París. Presentó cuatro colecciones e inscribió así su nombre al lado del de Balenciaga, Paco Rabanne Pertegaz, los pocos diseñadores nacionales que han conseguido desfilar en la capital francesa con firma propia. Solo por eso merece el Premio Nacional de Diseño de Moda. Pero hay más. Josep Font (Santa Perpètua de Mogoda, 1965) es también uno de los modistos españoles más reconocidos y con más proyección internacional capaz de seducir a mujeres con tanta personalidad como Cate Blanchet, Hillary Swank, Keira Knightley Lady Gaga. Por eso y por su actual trabajo como director creativo de la firma Delpozo, antes Jesús del Pozo, el jurado de este año le ha otorgado el galardón. Premio dotado con 30.000 euros que Font piensa aceptar y donar a dos asociaciones benéficas.

«La calidad, trayectoria y coherencia de su propuesta de moda, creadora de un universo onírico y de un imaginario reconocible» y el desarrollo de «un nuevo concepto de prêt- à-couture a caballo entre la alta costura y el prêt-à- porter que recupera la excelencia de las técnicas artesanales españolas adaptándolas, de una manera innovadora, al patronaje más contemporáneo» son algunos de los argumentos que esgrime el jurado para premiar a este modisto amante de lo artesanal y de los detalles, y que afirma crear lo que siente. Diseños que se han definido como ultrabarrocos a la par que actuales, extremadamente femeninos y con un marcado acento arquitectónico.

RUPTURA LABORAL EN LOS JUZGADOS

No en vano Font estudió, por recomendación paterna arquitectura antes que diseño, aunque su vocación por la moda le venía desde la infancia, cuando acompañaba a su madre a las mejores boutiques de Barcelona y le aconsejaba sobre que comprarse. Luego vino la creación de su empresa y la asociación con la abogada Carmen Ayats, que ejerció de socia capitalista, periodo en el que el diseñador tocó el cielo. Son los años de los desfiles en París y de la tienda junto a la calle de Saint Honoré. Pero en el 2010, con la crisis, llegaron los desacuerdos y la ruptura empresarial, separación que  se dirimió en los juzgados y acabó con la firma en manos de Ayats y con la prohibición a Font de diseñar usando su nombre.

Tras dos años sabáticos, el flamante actual premio nacional sorprendió fichando como director creativo de Jesús del Pozo con el objetivo de liderar el relanzamiento internacional de la firma que fue referente de la modernidad durante la transición, Allí, trabajando en la colección otoño-invierno del 2015 le pilló ayer la concesión del premio.