'Interviú' rescata un toples de Cayetana de Alba en los años 80

Sabido es que aMaría del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart ySilva, comúnmente conocida comoCayetana de Alba,ha hecho siempre lo que le ha venido en gana a pesar de, o quizá gracias a, los numerosos títulos que ostenta -tantos que es de las pocas personas con el privilegio de no tener que rendir pleitesía al Papa de Roma-. Y sabido es, también, que todo lo que se diga de ella le trae al pairo. Por eso no es de extrañar que hace 30 años, cuando la fiebre del toples se extendió por las playas españolas, la 18ª duquesa de Alba y 15 veces Grande de España se apuntara a la moda de tomar el sol medio desnuda siendo cincuentona. Y así, con todas susgrandezasal aire, fue inmortalizada en una cala de Eivissa en la década de los 80. Las imágenes, 18 en total, no se habían visto nunca; ahora las recoge el número deInterviú que hoy sale a la venta.

Lo de tomar el sol sin la parte superior del biquini es una de las muchas licencias que la duquesa se ha tomado a lo largo de su ya dilatada vida -85 años cumplió en marzo- y que tienen en sus matrimonios sus capítulos más sonados. Dejando al margen a su primer marido, el aristocrático y ultracatólicoLuis Martínez de Irujo, el resto de sus elecciones han sido, como mínimo, controvertidas. En 1978, se casó con el exjesuitaJesús Aguirre, 11 años menor que ella, y el miércoles celebrará su tercera boda. Esta vez, el contrayente tiene 25 primaveras menos que la duquesa yAlfonso Díez Carabantes, así se llama el novio (en la foto superior, con la aristrócrata y su hijaEugenia, ayer en Sevilla acudiendo a un concierto benéfico deMontserrat Caballé yMontserrat Martí), es un funcionario sin alcurnia con un sueldo que ronda los 2.000 euros al mes.

PeroCayetanase ha salido de nuevo con la suya tras repartir la herencia entre sus hijos y hacer renunciar a su futuro esposo a los privilegios a los que tendría derecho si enviudara. Ha convocado a toda su prole en el palacio de Dueñas, en Sevilla, para convertirse en señoraDíez.