Hugo Silva: "El lujo es estar con mi tabla de surf y no ver edificios en el horizonte"

El actor madrileño, a punto de tomar unas merecidas vacaciones, se pone en la piel de un ejecutivo cretino en la comedia 'Despido procedente'

Hugo Silva, en la casa de América de Madrid, durante su entrevista con EL PERIÓDICO.

Hugo Silva, en la casa de América de Madrid, durante su entrevista con EL PERIÓDICO. / periodico

OLGA PEREDA / MADRID

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Por más alfombra roja que haya pisado, Hugo Silva (Madrid, 1977) sigue teniendo ese aspecto de chaval de barrio al que nadie le ha regalado nada. Mientras se lía un cigarro y apura un café solo, el ochentero Pacino de 'El Ministerio del Tiempo' habla con pasión de una profesión que buscó desde pequeñito y que le ha ayudado a ser más empático. Empatía es, precisamente, lo que le falta a su personaje en 'Despido procedente', comedia estrenada en cines el pasado viernes y en la que se pone en la piel de un ejecutivo tan infantil como pisacabezas que se las ve con su compañero de empresa: Imanol Arias, el bueno de la película, el que no quiere echar a nadie.

¿Ha despedido alguna vez a alguien? Nunca. Como cliente he prescindido de algunos servicios, peor nunca me he visto en la tesitura de echar a alguien personalmente.

En caso de hacerlo, ¿lo haría como su personaje, a lo bestia? Yo llevo la vida que llevo entre otras cosas porque no me veo despidiendo a nadie. De eso trata la película, de gente que está en las altas esferas pero que es coherente, tiene empatía y quiere provocar el mínimo daño (Imanol Arias). Y resulta que todos se le echan encima.

El mundo de la interpretación es muy competitivo. ¿No ha pisado nunca una cabeza? Jamás.

¿Cómo lo ha conseguido? Mi oficio es artístico. No me enfrento a nadie, solo a mis miedos e inseguridades. No tengo que convencer a nadie como persona, son mis personajes los que tienen que convencer. Me preocupo de mi papel y de que este encaje en la historia.

¿Miedos a estas alturas de carrera? Como todo el mundo. Es sano tenerlos.

También es sano defender la comedia, aunque usted pisó el drama con fuerza tanto en 'Agallas' como en 'Dioses y perros'. A la comedia se la ve como un género menor, pero su grandeza es que te la cuela sin que te des cuenta. La buena comedia, como 'Despido procedente', te hace pensar. Me siento cómodo en la comedia. Estuve varios años con Pepón Nieto y Paco Tous en 'Los hombres de Paco' y fue un master de lujo.

De chavalín flipaba viendo 'El halcón y la flecha'. No sabía ni lo que era ser actor, pero era mi meta en la vida. Siempre he querido ser actor.

Fue su madre la que se fijó en sus aptitudes. Las madres ya sabe cómo son. Soy actor por mi madre, sí. (risas).

Pero estudió FP, la especializdad en Electricidad. El sistema educativo de aquella época no daba mucha cancha a lo artístico, parecía una cosa de segunda. Y ahora sigue siendo así, lamentablemente. Mi madre me metió en grupos de teatro. No soy actor por casualidad. No tengo la típica historia del chaval que va por la calle y un productor le pide hacer una prueba.

¿Se ha ganado este año unas vacaciones? Desde luego.

Es un apasionado del surf. Hasta la mesa de su sala de estar es una tabla. ¿Se irá a coger olas? El lujo es estar en el agua, con mi tabla, unas olas suaves y fuertes al mismo tiempo, mirar al horizonte y no ver ni un edificio, solo La Breña del cabo de Tragalfar.  Ese es mi lujo. El de mi personaje en 'Despido procedente' es el coche, el dinero, el poder…

¿Puede estar tranquilamente en la playa, tomar un café, salir por ahí? Se lo pregunto porque en la etapa de 'Mentiras y gordas' (2009) temió por su integridad física. Aquella época bue un 'boom', era la novedad. Ahora todo se ha transformado, tanto por mi parte como por parte de la gente. Solo noto cariño y respeto. Hago mi vida y si me toca hacer una foto me la hago. He aprendido a gestionar esta cosa tan absurda que es la fama.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"He aprendido a gestionar esta cosa absurda que es la fama. Me encanta que me llamen Hugo Casas\""}}Sus fans le llegaron a llevar a la alfombra roja del Festival de Vitoria yogures griegos, los mismos que usted anunciaba en televisión, para que se los firmara. Esas cosas desenfadadas me hacen mucha gracia. También me encanta que me llamen Hugo Casas [en referencia a Mario Casas, otro ídolo de jovencitas con quien compartió protagonismo en ‘Los hombres de Paco’].

Por sus redes sociales No me apetece ser un abanderado o un instrumento mediático para ciertas cosas. Pero a mí, como cualquiera, hay cosas que me repugnan. La diferencia es que yo tengo más seguidores. Cuando tengo oportunidad de echar una mano, la echo. No me siento más importante que nadie, pero es que hay gente que se pregunta por qué hay que celebrar el Orgullo Gay. ¿Por qué no hay un día del heterosexual?, critican algunos. Pues mira porque en ningún país del mundo se mata a los heterosexuales o se les prohíbe tener hijos.