JUICIO POR EL PATRIMONIO DE LA DESAPARECIDA TITULAR DE LA CASA MEDINA SIDONIA

La familia mal avenida de la 'duquesa roja'

Los hijos de Luisa Isabel Álvarez de Toledo reclaman la herencia a la viuda

Luisa Isabel Álvarez de Toledo, en una imagen tomada en el 2007.

Luisa Isabel Álvarez de Toledo, en una imagen tomada en el 2007.

JULIA CAMACHO/ SEVILLA

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Unos hijos despechados, una grande de España antisistema, una historia de amor entre dos mujeres y, en juego, una gran herencia: el archivo histórico más importante de Europa, que ha logrado unir en su defensa a las instituciones públicas y al pueblo que lo alberga. Con estos mimbres propios de un culebrón ha empezado este miércoles en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el juicio por la herencia de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia, más conocida como la duquesa roja, que se prolongará hasta finales de octubre.

Cada uno por su parte, porque las rencillas también surgieron entre ellos por un conflicto a cuenta de un título nobiliario, los tres hijos de la atípica aristócrata pleitean por su parte de la herencia. Leoncio, Pilar y Gabriel González de Gregorio reclaman que a la muerte de la duquesa roja. En su momento apuntaron que esta donación en vida de la mayor parte del patrimonio familiar fue un castigo de su madre, que no quiso saber nada de ellos.

Los vástagos entienden que, con el Código Civil en la mano, esos fondos -tanto el archivo como una serie de parcelas en la costa- serían parte de la legítima, sobre todo después de que las albaceas del testamento considerasen «inoficiosa» la entidad presidida por Lilianne, la secretaria y fiel compañera de la noble con quien contrajo matrimonio en articulo mortis en el 2008.

La petición hizo saltar las alarmas en la Fundación Medina Sidonia ante el temor de que el archivo, considerado Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico, quedase desmembrado, por lo que para evitarlo las instituciones públicas han hecho frente común. Se les ha sumado una plataforma popular en la que participan vecinos y reconocidos escritores.

Leoncio, el primogénito y heredero universal al que le correspondería un 30%, ha insistido en que el reparto y la unidad del archivo no son excluyentes, y ha subrayado que era su «obligación moral» defender unos fondos históricos que llevan 26 generaciones en su familia. Los expertos lo valoran en más de 60 millones de euros, aunque insisten en que son aproximaciones dado la calidad de los legajos. La polémica que deja las vísceras de la nobleza al aire está servida.