DESNUDO POR AMOR AL ARTE

Adrián Pino: "Nacemos sin ropa; no tendríamos que avergonzarnos de nuestro cuerpo"

El 'performer' catalán, que se ha quedado en cueros en el Louvre y en la National Gallery, cree que el ser humano aún puede salvarse

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JUDITH C. CLAVAIN / BARCELONA

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Adrián Pino empieza a hacerse un nombre entre los 'performers' españoles. No porque aglutine demasiados seguidores, sino por la extravagancia de sus acciones y el alcance mediático de sus desnudos en los principales museos de Europa, como el Louvre de París o la National Gallery de Londres. Todos estos actos pertenecen a su 'Proyecto V', de Venus, con el que pretende lanzar un mensaje al mundo.

Te has desnudado ante la estatua de Niké, en la Fontana di Trevi, ante el cuadro 'El origen de la Vía Láctea'... ¿Qué tienen en común todas estas obras para incluirlas en tu 'Proyecto V'? Todas son obras clásicas y con esencia femenina. Para mí, la mujer es un ser superior, porque es capaz de dar la vida. Así muestro mi veneración hacia ellas. Además, las obras representan un profundo respeto a los dioses. Y creo que el hombre debe recuperar ese acto de arrodillarse y respetar lo que es superior.

'Arrodillarse ante lo que es superior' . ¿Eres religioso? Soy una persona muy creyente, pero nada que ver con el cristianismo, sino con el acto de la fe. Antes de que el ser humano llegase, la Tierra y su energía ya existían. Eso es ante lo que nos tenemos que arrodillar. Nosotros llegamos después, y la hemos destruido. Odio la ciencia, pero es pura ciencia que dependemos de la naturaleza para sobrevivir. 

¿Has dicho que odias la ciencia? No odio que hayan inventado las vacunas. Pero antes de implantar la visión científica, explicábamos todo lo que no conocíamos con mitos que ahora han quedado ridiculizados. La ciencia se aleja del lenguaje poético.

¿Crees que es más necesario lo poético que lo real? Completamente sí. Lo irreal, la fantasía, la ficción, la belleza, lo poético, lo sensible... todo eso está por encima de la realidad. El arte es superior a la vida.

¿Qué pretendes conseguir con tu 'Proyecto V'? Mostrar a la gente que somos seres sensibles. Estamos al borde de convertirnos en una porquería como especie. Hemos dejado que todo lo mueva el dinero. Puede haber una salvación, pero el mundo debería cambiar completamente.

¿Por qué la desnudez? Porque las obras representan figuras desnudas. También por lo materno. Nacemos sin ropa y, por eso mismo, no tendríamos que avergonzarnos de nuestro cuerpo. El cristianismo ha creado una fuerte estigmatización del cuerpo humano, pero no voy a avergonzarme de algo que me sirve para vivir. Me parece muy estúpido.

¿Qué consecuencias te han acarreado tus desnudos? Tras mi acto en la National Gallery, pasé siete horas en un calabozo y me pusieron un aviso por desorden público. No me pusieron multa porque el jefe de policía entendió que todo había sido un acto de belleza sin ninguna connotación sexual. Tras el de la Fontana di Trevi, en cambio, recibí una multa de 450 euros. En París no me pasó nada más allá de la expulsión del museo.

¿No te vetan el acceso a los principales museos de Europa? De momento no, pero soy muy consciente de que mi proyecto tiene fecha de finalización cuando no pueda entrar a determinados museos.

¿Planeas seguir hasta que te veten en todos lados? Tengo una ruta elegida de obras con las que tengo una conexión especial. La idea es realizar estos actos ante todas ellas, aunque no pasa nada si me vetan antes de terminar. Yo ya he dejado un mensaje.

Entonces tienes otros objetivos a la vista. Sí, pero todo lo que puedo decirte es que será en un mes.

Una pista. Me muevo por los museos que tienen un gran peso en la cultura europea.

No es muy preciso. ¿Te consideras un artista? Eso debe considerarlo el público y la verdad es que a mí me da igual. Yo lo que me considero es un devoto. 

¿Y crees que quien ve tus actos te considera un artista? La mayor parte de la gente me considera un exhibicionista, un provocador o sencillamente un payaso. Es su opinión, y es muy respetable, como cualquier otra. Hay otros que conservan la sensibilidad y entienden mis acciones. Yo escucho todas las críticas.

¿Qué mensaje quieres mandarles tanto a unos como a otros? Que se van a morir. Por eso mismo, que hagan cosas que les hagan felices. También que intenten abrir un poquito más la mente, porque quizá se sorprendan. No de mis acciones, sino de la intensidad con la que vivirán día a día.