Johansson ilumina Montjuïc

La luz deScarlett Johanssoniluminó anoche Barcelona entera desde el Palau Nacional. El fulgor de la estrella rubia de Hollywood y el destello de los centenares de flases de los fotógrafos y cámaras de televisión que la esperaban a su llegada a la entrega de premios Botón Mango convirtieron la montaña de Montjuïc en un resplandor por momentos. La intérprete deLost in translation,imagen de la marca catalana, monopolizó la atención de tal manera que dejó en penumbra al resto de invitados. Y no porque ella lo pretendiese, ya que ni siquiera quiso dedicar unas palabras a la prensa allí congregada.

Pero el magnetismo de la musa deWoody Allencuando se planta delante de unos focos es arrollador. Nada que ver con el oscuro anonimato en el que se había sumergido desde el lunes, cuando había aterrizado en el aeropuerto de El Prat con un pequeño séquito de asistentes. Paseó por el centro de Barcelona sin que nadie se girase a su paso; compró lencería en El Corte Inglés sin que ninguna dependienta fuera capaz de reconocerla; cenó en el Enoteca del Hotel Arts sin que un solo comensal se le acercara para pedirle un autógrafo.

CON UN MINIVESTIDO NEGRO / Ayer, en cambio, se desató la locura ante la mirada complacida del presidente de Mango,Isak Andic, el feliz anfitrión de la velada, con quien había compartido mesa la noche del martes en compañía de otras 15 personas.Johanssonapareció con un minivestido negro más seria de lo que se podía esperar. Ante la primera pregunta de los periodistas («¿Ha felicitado aPenélope Cruzy aJavier Bardem por el embarazo?»), giró la cara. Y ante la segunda («¿Está contenta por venir a Barcelona?»), respondió con pocas ganas: «Claro que sí, rodé una película aquí».

Más simpática se mostró con los invitados, con los que se hizo fotos con una sonrisa de oreja a oreja. La actriz, que se irá hoy de Barcelona, charló con el alcalde de la ciudad,Jordi Hereu; el presidente de CiU,Artur Mas,y su mujer,Helena Rakosnik,el presidente del jurado de los premios Botón Mango,Jean Paul Gaultier, y con Andic.A ellos les contó que aún sufríajet lag(llegó el lunes desde Los Ángeles), que estaba «encantada» de visitar Barcelona, de la que le sorprendió que tuviera una actividad social tan «potente».Mastuvo el privilegio de cenar -consomé de bogavante y lubina salvaje- al lado deJohansson.ElpresidentJosé Montilla,que llegó un poco tarde, estuvo sentado enfrente de la estrella.

MÁS DE 300 INVITADOS / La actriz de Hollywood se movió con soltura en la fiesta de ayer, a la cual asistieron más de 300 personas, que llenaron la Sala Oval del Palau Nacional para disfrutar del ágape y la majestuosa gala presentada por los televisivosBoris Izaguirre yAna García Siñeriz, y amenizada por el guitarrista flamencoTomatito.

En la cena estuvieron los miembros del jurado del Botón Mango, presidido por unJean Paul Gaultierencantado de regresar a Barcelona, donde viene a menudo. «Me gusta mucho la ciudad por la arquitectura, la moda, la gastronomía... Ojalá algún día pueda vivir aquí», dijo. Ahí estaban, entre otros compañeros de deliberaciones, la estilistaNaty Abascal, feliz por la reciente boda de su hijoRafael Medinacon la abogada Laura Vecino; el fotógrafoMario Sorrenti, y la modeloNieves Álvarez; Arantxa Sánchez Vicario con su maridoJosé Santacana;Paloma Lagoy el futbolista Aitor Ocio, que llegaron juntos.

La lista de invitados era interminable:Eugenia Martínez de Irujo, el sobrino del ReyFernando Gómez Acebo, Jaime de Marichalar, que evitó desfilar ante los fotógrafos; los modistosJosé Castro, Lydia Delgado, Modesto Lomba y Totón Comella (TCN); la presentadoraAnne Igartiburu, el modeloOriol Elcacho,el ginecólogoSantiago Dexeus, empresarios, banqueros...

Todos quedaron eclipsados por la luz deScarlett Johansson.