Shakira & Sasha

Sin rastro del parto

La cantante dio a luz acompañada de un cirujano plástico. Ella y otras muchas famosas siguen planes especiales posparto que pueden costar 30.000 euros

DE VUELTA.  Shakira pisaba así  la alfombra roja en mayo del 2013, tres meses y medio después de haber parido a Milan.

DE VUELTA. Shakira pisaba así la alfombra roja en mayo del 2013, tres meses y medio después de haber parido a Milan.

MARTA ALTARRIBA

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Existe una literatura glorificada en las revistas femeninas, la publicidad y la industria cosmética que se deshace en adjetivos cuando una famosa aparece bajo el foco a las pocas semanas de haber parido y -oh, maravilla- «¡ha recuperado su figura en un tiempo récord!». En los próximos premios Oscar, la lupa se pondrá, por ejemplo, sobre la actriz Mila Kunis, que en octubre parió a un niño. Se la alabará si sus abdominales han vuelto a su sitio; si no, un buen puñado de publicaciones chillonas señalarán con grandes flechas y círculos rojos los signos que le ha dejado la crianza, y volverá a quedar en el cuarto oscuro la otra cara de la maternidad: las dificultades (o no) de la lactancia, las noches en vela y ese cóctel de emociones que a menudo es el proceso de apego entre madre e hijo.

'Mommy makeover'

En ese nicho de mercado en expansión que es la maternidad sin rastro, Hollywood y EEUU llevan años exportando eso que los analistas de tendencias llaman mommy makeover, que es algo así como mamá remodelada y que puede costar hasta 30.000 euros. En Barcelona, el término lo descubrió al gran público Shakira, que en sus dos partos -el último, la semana pasada- ha contado con un cirujano plástico y con un programa de recuperación que suele incluir dietas, ejercicio y apoyo psicológico, y  que a menudo dura todo el embarazo y se alarga hasta los tres o cuatro meses siguientes.

«Es una corriente que se empieza a pedir ahora en España. Mucho no, pero se solicita -certifica el cirujano plástico y estético Ramón Vila-Rovira, cuyo bisturí, con sede en la Clínica Teknon de Barcelona, ya conocen no pocas celebridades-. La realidad es que se limita a la alta sociedad, a las mujeres que tienen mucho tiempo y dinero. Este tipo de programa puede costar fácilmente 10.000 euros. Y no todo el mundo vive tan bien como para que le sobren 1.000 euros al mes. Son planes dirigidos por ginecólogos, aunque también vienen muchas mujeres a consultarnos a nosotros».

Con el ejercicio y la dieta prescrita en estos programas, las mujeres embarazadas salen de la sala del paritorio con apenas «algún kilo de más y con los músculos abdominales bien trabajados», explica el doctor. Además, muchas de ellas suelen solicitar una cesárea programada

a los ocho meses de embarazo con el objetivo de evitar el aumento de peso y la distensión muscular de las últimas cuatro semanas. Cabe recordar, sin embargo, que la OMS desaconseja, salvo en casos médicamente justificados, la cesárea porque supone pasar de un proceso fisiológico como es el parto a una cirugía mayor, con todos los riesgos que esta implica.

Cómo quedará el pecho

En este tour de force contra la biología, las intervenciones quirúrgicas van aparte. Por ejemplo, Shakira debió de abonar unos 2.000 euros para contratar los servicios de un cirujano para que, en el mismo paritorio, evitara la máxima tensión en la cicatriz tanto de forma interna como externa. «Cualquier otro tipo de intervención es completamente desaconsejable hasta seis meses después del parto -asegura el doctor Vila-Rovira-. Hace una década, la tendencia era operar enseguida: se practicaban abdominoplastias inmediatamente después del parto. Pero después se ha visto que eso es algo que se tiene que valorar como mínimo seis meses después. O hasta que se acabe la lactancia».

En la consulta, las inquietudes suelen ser siempre las mismas. La primera pregunta, revela el doctor, suele dirigirse a cómo quedará el pecho, cuya intervención ronda los 6.000 euros. «Sin embargo, las intervenciones que más se acaban solicitando son las abdominoplastias y las liposucciones», tándem que alcanza los 12.000 euros. En el caso de Shakira, el doctor asegura que no necesitará ninguna abdominoplastia porque su estado físico es «perfecto». «Como mucho, una miniabdominoplastia -asegura el doctor Vila-Rovira-, que consiste en sacar un pequeño pliegue de piel cada vez que tienes un parto. Esto sí se ha puesto de moda en mujeres de menos de 40 años, que se la hacen de forma preventiva en el mismo quirófano. No abres toda la barriga, sino que haces una pequeña liposucción, de unos 100 o 200 gramos, y sacas un pliegue de piel, no solo la cicatriz. Las mujeres que se practican estas intervenciones tienen un cierto nivel social o viven de su imagen».

La presión por borrar las huellas del posparto es grande, al menos en el show business. Cada vez que una famosa tiene un hijo, sutilmente se pone una especie de cronómetro tiránico que se recuerda, con alabanzas a su «figura envidable», en su primera aparición pública. Aquí unos cuantos contrarrelojes. La actriz Paz Vega reapareció con los abdominales en su sitio a las tres semanas de haber dado a luz. Cate Blanchett, a las cuatro. Nicole Kidman tardó tres meses, uno menos que la top Gisele Bündchen. Pero quizá el más difícil todavía lo firmó la modelo Heidi Klum, que se encaramó con alas y ropa interior a la pasarela del desfile anual de Victoria's Secret nada menos que a las cinco semanas de haber parido.

Frente a estos dictados, amplios sectores del mundo de la salud y la crianza vindican una recuperación sin excesivas prisas. El cuerpo, repiten, va volviendo a su lugar con la lactancia -que suele llevarse 500 calorías al día cuando es exclusiva- y siguiendo una dieta saludable. No obstante, muchas veces son recomendables ejercicios para recuperar la forma física del abdomen y de la musculatura pélvica. No solo desde un punto de vista estético: según los fisioterapeutas, mantener la laxitud puede perjudicar la sensibilidad sexual, aumentar el dolor en las relaciones y provocar pérdidas de orina. H