El peligro de conducir bajo los efectos del calor

Todos los conductores han experimentado el insoportable chorro de calor que desprende, en el momento de abrir la puerta, un automóvil que ha estado expuesto al sol, sobre todo cuando el termómetro supera de largo los 35 grados centígrados, como está ocurriendo estos días. Y es que si la temperatura exterior es de, por ejemplo, 35 grados, en el interior del coche se puede llegar a los 47 o 49.

Teniendo en cuenta que conducir con temperaturas de 30 o más grados dentro del vehículo es como si se hiciera con una tasa de 0.5 mg de alcohol en sangre y que el calor hace que los reflejos del conductor se ralenticen y que deje de percibir 1 de cada 5 señales de tráfico, ¿cómo podemos bajar con cierta rapidez la temperatura del interior de un coche?

Lo más habitual es bajar las ventanillas (también abrir las puertas) y accionar el aire acondicionado a tope hasta que la temperatura desciende unos grados. Algunos conductores bajan las ventanillas a distancia mientras se acercan a su coche. Y otros optan por una solución ingeniosa siempre que tengan el suficiente espacio a los lados para poder llevarla a cabo: bajar la ventanilla de uno de los asientos delanteros y hacer movimientos de abrir y cerrar la puerta contraria con el objetivo de canalizar y expulsar el aire caliente del interior a través del cristal bajado. Con este sistema, aseguran, la temperatura desciende entre 5 y 10 grados en tan solo unos segundos.