EL RADAR

Me Gusta, Te Odio

Que Facebook creara un filtro para París y no para Beirut es para muchas personas fuera de Occidente un ejemplo más de un doble rasero intolerable

Un grupo de aficionados alemanes muestran un cartel que pone Yo Soy París antes del partido de la Bundesliga entre el Hamburgo y el Borussia Dortmund, el viernes.

Un grupo de aficionados alemanes muestran un cartel que pone Yo Soy París antes del partido de la Bundesliga entre el Hamburgo y el Borussia Dortmund, el viernes. / AXEL HEIMKEN (AFP)

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Joan Cañete Bayle
Joan Cañete Bayle

Subdirector de EL PERIÓDICO.

Especialista en Internacional, Transformación Digital, Política, Sociedad, Información Local, Análisis de Audiencias

Escribe desde España, Estados Unidos, Israel, Palestina, Oriente Medio

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París, sin duda, ha sido el tema de la semana, es el tema del año, es el tema de nuestros tiempos. Hemos recibido decenas de cartas al respecto, cartas en la que la abundan palabras como conmociónsolidaridad miedo. Cartas en las que se pide que no paguen los débiles –los refugiados– la factura del 13-N, cartas que se hacen preguntas (¿Quién financia al Estado Islámico? ¿Cómo debe ser esta guerra de la que habla Françoise Hollande?) y cartas que no tiene respuestas. Ya se sabe: el 13-N ya ha pasado a la memoria colectiva, como el 11-S, como el 11-M

En cambio, el 12-N no es una sigla reconocible. El 12 de noviembre, una doble explosión en un barrio chií de Beirut mató a una cuarentena de personas en un atentado atribuido por el Estado Islámico. Tampoco lo es el 31-O; fue el 31 de octubre cuando murieron 224 personas después de que explotara en vuelo un avión ruso en lo que Moscú reconoció que fue un atentado. Y hay muchas más: 22-S y 23-S, de 1997, matanza de Bentalha en Argelia, más de 200 muertos a manos del GIA; 12-O, del 2002, atentados de Bali; 20-M, del 2003, empieza la guerra de Irak; 7-O del 2001, empieza la guerra de Afganistán... No son "fechas marcadas en el imaginario popular" estas siglas porque no nos afectan de forma directa a nosotros.

"Hipocresía" e "hipócrita" has sido palabras muy usadas en las cartas que hemos recibido en Entre Todos. La usa Luisa Vicente, periodista de Barcelona ("Morimos ante la hipocresía de los líderes mundiales que asisten a la cumbre del G-20,  guardando un minuto de silencio para conseguir  su  minuto de gloria) y Carlos Jiménez, estudiante de Santa Coloma de Gramenet ("¿Os imagináis vivir en un 13-N continuo? ¿Podéis pensar en lo que  puede llegar a ser tener que dejar atrás tu hogar para salvar tu vida  y encontrarte con un sinfín de obstáculos? Podemos llegar a ser muy hipócritas. Reaccionamos  solo cuando la tragedia nos toca de cerca").

Todos sabemos qué fue el 11-S, el 11-M y el 13-N; pero, ¿el 12-N, el 20-M, el 7-O o el 12-O?

En la conversación sobre París, el premio al hipócrita (al menos, de eso se le acusa) se lo ha llevado Mark Zuckerberg por su iniciativa de publicar una aplicación que alerta a los contactos de que uno está a salvo y haber ofrecido un filtro de imagen solidario en París y no haberlo hecho con BeirutZuckerberg pidió perdón y rectificó (activó un safety check por un atentado en Nigeria), pero eso no impidió las críticas. Un solo ejemplo: (El filtro de Facebook) "no es más que una iniciativa separatista entre la  cultura occidental y del medio oriente. Porque, ¿acaso Facebook nos dio la opción de poner el filtro de la bandera libanesa?" (Noel Brufau, camarero de Bristol, Inglaterra).

No es por defender a Zuckerberg, pero en este caso no ha hecho más que seguir nuestro consenso social: el mundo es el mundo occidental. Cuando los medios hablamos de "preocupación en la comunidad internacional" o de "amplia repercusión en la prensa internacional" nos referimos a los países y a la prensa... occidentales, a la CNN y a Washington, no a Al Jazeera y Estambul. Es lógico, pues, que Facebook se preocupe por París y no por Beirut.

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Las consecuencias van más allá de un filtro en Facebook y son muy graves. En un mundo global, implica un doble rasero insoportable para millones de personas. Muchos de ellos son musulmanes y se preguntan dónde está el safety check de los refugiados que se ahogan en Lesbos. El agravio siempre es peligroso; en este mundo interconectado, contribuye a que el Me Gusta se convierta en un Te Odio. Así se explican, por ejemplo, la pitada y los gritos de Allahu Akbar que se escucharon en Estambul en el minuto de silencio por las víctimas de París durante el partido Grecia-Turquía. Sí, Turquía, un país donde el 10 de octubre murieron 102 personas en un atentado en Ankara. Ni el 10-O es una fecha "marcada en el imaginario popular" ni hubo un filtro de fondo rojo con la media luna en Facebook. 

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