DEBATE DE POLÍTICA GENERAL

Cartas de los lectores

Artur Mas, durante la sesión parlamentaria de ayer.

Artur Mas, durante la sesión parlamentaria de ayer. / ALBERT BERTRAN

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Albert Martín

Jordi Bufurull. Barcelona Líderes que hablen claro

Nos tenemos que ir haciendo a la idea de que solo podremos culminar el proceso independentista a través de elecciones, que presentarán seguramente un escenario distinto al actual, tanto de partidos como de políticos. El panorama actual está poco prestigiado para que sea estimulante para la mayor parte de la ciudadanía catalana a la hora de ir a votar. No podemos fallar, tenemos que ir seguros y, para tener el éxito que muchos queremos, necesitamos líderes que hablen claro de sus propuestas para la formación del nuevo Estado. En este proceso no merecemos que se improvise. Lo que nos digan los políticos debe ser nítido y claramente comprensible para toda la ciudadanía, que debería estar atenta a las propuestas de todos.

Miguel Comino. Sant Vicenç dels Horts Tres preguntas

Se dice que más del 90% de la sociedad catalana se muestra a favor de La Consulta, así, en mayúsculas. Yo soy de los que se adhieren a la necesidad de realizar una consulta, legal, sobre el futuro de Catalunya. Sin embargo, hay quien insiste en que en esta consulta solo puede haber una pregunta con dos posibles respuestas. ¿Por qué? ¿Por qué solo una pregunta y no dos? ¿Por qué solo dos posibles respuestas y no tres? Si se apuesta por la participación ciudadana no vale limitarla (mal) intencionadamente. De momento conocemos tres posicionamientos diferentes sobre el futuro de Catalunya respecto a España: el independentismo, el unionismo y el federalismo. ¿Por qué, pues, hay que limitar las preguntas o las respuestas? Limitar las preguntas o las posibles respuestas es tan grave como impedir La Consulta.

Utopía federalista Albert Martín. Barcelona

Quisiera entender qué proponen las utopías (con) federalistas. ¿Proponen más o menos autonomía que el Estatuto del 2006 que aprobó el Parlament? Si plantean menos, nos están levantando la camisa. Si plantean más, también. ¿O es que han cambiado los partidos y dirigentes españoles que pasaron el cepillo, o los que recogieron firmas. o el Tribunal Constitucional? Ni PSOE ni PP merecen, por su historia y trayectoria reciente, credibilidad. Sus promesas y sus compromisos son papel mojado y el diálogo con ellos es una pérdida de tiempo. No sé cómo será exactamente la independencia pero debe de ser algo muy bueno para que hasta ahora ningún país haya renunciado a ella.

Proyecto inviable Juan Sada Vidal. Barcelona

El president Mas ha estado acertado en la exposición de los problemas que afectan a Catalunya. Ahora lo conveniente es que se ponga manos a la obra para solucionarlos. Esa es la prioridad. Por eso, debería dejar para mejores tiempos el problema creado por él mismo con ese empecinamiento en ir en contra de la realidad jurídica apostando por una independencia inviable. 

Diálogo imposible Lourdes Cierco. Bossost

El president Mas tiene razón: llevamos décadas intentando el diálogo con España. Creo que no lo han querido nunca. Ya vale de terceras vías y otras vías. Es más de lo mismo. 

Dudosa catalanidad Jordi Belarre. Maçanet de la Selva

Es inaudito, vaya demostración de catalanidad en el Parlament. Todo son intereses partidistas, y Catalunya siempre queda en segundo término. Un consejo, tanto al PSC como al PP: saquen de sus siglas el «de Catalunya», y pongan «en Catalunya», puesto que su sentimiento de Catalunya está muy equivocado.

Solo sirve votar Gemma Planas. Premià de Dalt

No hay tercera vía posible y si la hay no la queremos. Llegaría tarde. Si hasta ahora no nos la han ofrecido, ¿por qué ahora? ¿Como mal menor? No nos interesa. ¡Queremos votar!

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Salida federal Luis Santos. Santa Coloma de Gramenet

Sinceramente, la tercera vía, un Estado federal con un trato diferenciado para Catalunya, es la única salida razonable al problema. No podemos permitirnos el lujo de quedarnos fuera del proyecto europeo y sin nuestros principales clientes del resto de España, ya que sería una auténtica ruina económica, con consecuencias sociales impredecibles para Catalunya y los catalanes.