MUNICIPALES BARCELONA

Trias, el tolerante

ROSA MARI SANZ

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En diciembre del 2004, cuando el Ayuntamiento de Barcelona liderado por el alcalde socialista Joan Clos expulsó de la Diagonal a golpes de porra de la Guardia Urbana a un centenar de partidarios de la cesión del 0,7 del PIB a los países pobres, el líder municipal de CiU, Xavier Trias, cargaba contra el gobierno del tripartito por su «poca capacidad de diálogo» para resolver la protesta, una drástica solución que incluso fue criticada por los socios del PSC en el consistorio, ICV-EUiA y ERC. Siete años después, el dirigente nacionalista vuelve a apelar a ese «diálogo» en relación a la acampada que desde el lunes reúne a centenares de personas en la plaza de Catalunya, una protesta que ha entrado de lleno en campaña pese a que la mayoría de candidatos se han mostrado cautos a la hora de pronunciarse sobre su desalojo.

Trias no se andó ayer con remilgos y dejó clara su postura: pidió que se permita la queja hasta el domingo, día de las elecciones, para «no agravar la situación», defendió que «lo lógico es dejar a la gente que exprese su protesta porque esto en un país democrático» y abogó por encontrar una solución «pactada».

«DESALOJO CONSENSUADO» / Lo afirmó un día después de que instara al alcalde Jordi Hereu a «consensuar» con los acampados su «desalojo pacífico», entre otros motivos, dijo el miércoles, porque estaba previsto para esta tarde que la candidatura de Jordi Portabella (UxB) celebrara el acto de cierre de campaña en la plaza de Catalunya. «Es un principio básico de la democracia hacia la gente [UxB] que ha pedido la plaza», aseveró entonces.

No obstante, quizá viendo el cariz que está tomando la concentración, o porque Portabella finalmente ha decidido trasladar su mitin junto al mercado de Sant Antoni, ayer Trias optó por remarcar su postura y alertar de que una intervención policial para echar a los jóvenes concentrados solo serviría para agudizar el conflicto antes de las elecciones. «Es importante llegar al domingo con una situación lógica. Pido a todos que piensen y reflexionen porque según qué actuaciones complican más las cosas», advirtió.

También dijo entender los contenidos de esta protesta contra las injusticias políticas y económicas: «No se acaba de encontrar la manera de que la gente se sienta representada. El político que no se fije, se equivoca». La misma comprensión hacia los motivos de los manifestantes han mostrado la mayoría de candidatos (solo el popular Alberto Fernández Díaz le pone peros), aunque con respecto a desalojar o no la plaza, solo se han pronunciado también abiertamente, y a favor de no actuar, el ecosocialista Ricard Gomà y el republicano Portabella. Hereu optó ayer por la ambigüedad asegurando que lo que deben hacer los poderes públicos es limitarse a «acatar» lo que diga la Junta Electoral Central sobre este asunto: «Yo no tengo ninguna competencia», esquivó el alcalde, quien subrayó que ve «legítima» la protesta. «La concentración ciudadana me merece todo el respeto del mundo si no se convierte en una acampada fija», dijo.

El único mensaje coincidente de los cinco candidatos por Barcelona es instar a quienes secundan la protesta a expresar su indignación este domingo en las urnas, una jornada sobre la que Trias se aventuró ayer a pronosticar que tendrá un 50% de participación.