Puigcercós, Camacho y Rivera también revelan su patrimonio

Lo prometido es deuda. He aquí los patrimonios de Joan Puigcercós, Alicia Sánchez-Camacho y Albert Rivera. Como adelantó ayer EL PERIÓDICO, los candidatos de ERC, PPC y Ciutadans aceptaron el reto de este diario de hacer públicas sus propiedades antes del 28-N, desafío que formalizó el miércoles el presidenciable de ICV-EUiA, Joan Herrera, en el foro Primera Plan@. Solo dos de los seis cabezas de lista se resisten a destapar una información que, pese a que consta en los registros del Parlament, lleva la etiqueta de secreta. Y son los dos únicos aspirantes con opciones a ser investidospresident, Artur Mas y José Montilla.

Pero aplaudamos primero a los más valientes. ERC, que ha situado la transparencia política y la lucha contra la corrupción en el frontispicio de su campaña, respondió de inmediato. El patrimonio de Puigcercós es sencillo. Su piso en Barcelona, de 90 metros, es de segunda mano y le costó, hace 14 años, unos 108.000 euros. Cada mes abona unos 700 euros de hipoteca, y así lo hará aún seis años más. La casa donde veranea, en Santa Maria d'Oló (Bages), es de sus suegros. En propiedad, dispone de un Renault Scénic y de dos cuentas, la principal y otra, «de emergencia», que procura que siempre tenga, al menos, 10.000 euros. Ni plazos fijos, ni acciones, ni bonos.

Más rápido aún es enumerar el patrimonio de Camacho: un piso recién comprado en Barcelona en régimen de carencia (cuesta 575.000 euros y debe 575.000) y una cuenta corriente con unos 4.000 euros.

La curiosidad periodística llevó a otros medios a preguntar por el tema, de forma que Rivera colgó en internet sus propiedades. Está pagando el 50% de dos pisos en La Garriga (Vallès Oriental). Del primero, valorado en unos 120.000 euros, le faltan unos dos años por pagar y lo tiene alquilado. El segundo, en el que vive con su pareja, lo compró hace dos años con una hipoteca de unos 300.000 euros a 35 años. Además, tiene un Audi A3, una Yamaha FZ1-S y unos 5.000 euros en el banco.

Montilla y Mas echaron balones fuera. El candidato socialista aseguró que lo hará «a su debido tiempo». Y el convergente, que juzgó «electoralista» este ejercicio de transparencia en plena campaña, abogó por reformar el reglamento del Parlament para que puedan publicarse los datos de los 135 diputados. Si hubiese acuerdo entre los partidos, afirmó, él votaría a favor. Hasta entonces, nada. Vale la pena recordar a Maquiavelo: «Un príncipe debe aparentar que hace libremente aquello a lo que la necesidad le obliga».