Joan Mateu, librero: «¿A quién no le gusta ver al hijo con un libro?»

Joan Mateu dejó el mundo de la publicidad, al que se dedicó durante 25 años, para vender libros de segunda mano. Desde hace un año preside la asociación de libreros del Mercat Dominical de Sant Antoni.

Librero dominical 8 Joan Mateu, en Urgell, donde vende sus libros.

Librero dominical 8 Joan Mateu, en Urgell, donde vende sus libros.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Joan Mateu (Barcelona, 1960) nació y creció en Barcelona, pero desde hace un tiempo reside en la tranquila Montornès del Vallès. Cada domingo vuelve a la ciudad donde nació  y creció con su remolque cargado de libros para venderlos en el Mercat Dominical de Sant Antoni. Lleva 2.500 títulos, y los precios oscilan desde  60 céntimos a 10 euros.

-¿Cuando empieza su historia en el Mercat Dominical de Sant Antoni?

 

-Mis padres empezaron a comprar y vender libros en 1981 y asomé la cabeza, para ayudar, hace más de 10 años. Dejé mi trabajo como fotógrafo de publicidad porque esto es más divertido, sobre todo por el contacto con la gente.

-Vende novela romántica.

-Sí, pero por casualidad. Mis padres empezaron con postales, luego introdujeron los tebeos... Un día les llegó una gran partida de novelas románticas, funcionó y así siguieron.

-¿Se puede vivir trabajando solo los domingos?

 

-Depende de cada uno. En mi caso, no tengo deudas. Mi hipoteca es tan pequeña que no cuenta. ¡Pago más de teléfono! ¡Imagina! (risas)

-Vive tranquilo.

 

-Bueno, tenía una vida tranquila como librero, hasta hace año y medio cuando me hicieron presidente de la asociación de vendedores del Mercat Dominical. Me dejé liar.

-¿Se ha propuesto algún objetivo como presidente?

 

-El mercado del libro es un pequeño icono  y quiero relanzarlo. Venimos de lejos y creo que tenemos futuro.

-¿Les ha afectado mucho el traslado a la calle de Comte d'Urgell?

 

-La gente que quiere venir, sigue viniendo. Llevamos ya cuatro años en  la carpa y todavía nos quedan otros dos. Bajo la carpa, estamos muy apelotonados, y parecemos periquitos en una jaula. Cuando volvamos a rodear el Mercat de Sant Antoni echaremos de menos este ambiente.

-Ahora las ferias de segunda mano están en auge.

 

-Hay muchas, sí, pero son cosas diferentes. Para empezar nosotros somos un mercado, no una feria, por nuestra regularidad dominical. Además, el Mercat Dominical de Sant Antoni se diferencia porque ofrece básicamente libros. Solo el 20% de los vendedores se dedica a otros productos culturales como carteles, postales, cromos y videojuegos.

-Ustedes afirman que 15.000 personas les visitan cada domingo.

 

-Sí, pero podríamos tener más. Este mercado ha perdido visitas por diferentes motivos: muchos coleccionistas han desaparecido porque eran personas mayores, cada vez hay más gente que lee en las tabletas y ahora hay más oferta los domingos. Antes la gente iba a misa y luego se pasaba por el mercado. Ahora hay otras cosas, como las carreras urbanas.

-¿Son competencia?

 

-Está muy bien que Barcelona sea tan activa, cultural y deportivamente, pero no podemos recibir siempre nosotros. Se hacen demasiadas carreras en esta zona y cuando cortan el tráfico la gente de fuera no puede llegar al mercado. ¿Porqué no hacen más carreras por el litoral?

-¿Qué ha hecho como presidente para relanzar el mercado?

 

-Una de las acciones ha sido regalar unos puntos de libro coleccionables. Cada 15 días regalamos uno diferente. Es una manera de obsequiar y enganchar.

-¿Y planes de futuro?

 

-Tenemos muchas ideas. Como, por ejemplo, hablar con las ampas de diferentes escuelas. Podemos organizar visitas al mercado con los niños y fomentar así la afición por la lectura. ¿A qué padre no le gusta ver a su hijo pegado a un libro? H