La escuela global

Tara Welch, responsable de programas educativos de Global Cities Inc., el jueves con dos estudiantes de la Escola Verd de Girona, que participa en la iniciativa internacional.

Tara Welch, responsable de programas educativos de Global Cities Inc., el jueves con dos estudiantes de la Escola Verd de Girona, que participa en la iniciativa internacional.

FERRAN COSCULLUELA / GIRONA

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Judith, Carlota y Andreu juegan a una especie de parchís en el que se consigue llegar a la casilla final gracias al buen uso de las energías renovables y al impulso de la producción eléctrica sostenible. Son alumnos de sexto de primaria de la Escola Verd de Girona y están en clase de Inglés. La actividad lúdica, que se desarrolló el pasado jueves, es una herramienta más para potenciar el aprendizaje de ese idioma y fomentar el conocimiento de las ciencias naturales y conceptos tan importantes como la sostenibilidad.

Pero hay algo más. El juego forma parte del programa <strong>Global Scholars</strong>, impulsado por la fundación Bloomberg Philantropies, con el que estudiantes de entre 10 y 13 años entran en contacto con otros jóvenes de sus mismas edades en todo el mundo. Los alumnos de este centro de Girona, por ejemplo, están en contacto con niños de Boston, Chicago, Nueva York, Londres, Varsovia, Yakarta (Indonesia), Acra (Ghana), Taipéi (Taiwán), Kutaisi (Georgia) y Jalandhar (India). La suya es, pues, una escuela global.

«Para los alumnos, que ya empiezan a aprender la lengua extranjera a los 4 años, hacer contenidos en inglés para aprender nuevas cosas e intercambiar sus conocimientos con estudiantes de otros países es motivador. Ven que no se trabaja porque sí, sino que el aprendizaje sirve para establecer contactos y para hacerlos ciudadanos del mundo. Se dan cuenta de que los problemas de otras ciudades también les incumben», explica Marisa Roca, profesora de Inglés y de Ciencias Naturales.

«Se trata de un proyecto piloto en el que participan 22 centros de Catalunya. El programa cuenta con una plataforma propia de comunicación en internet (que es cerrada). Los alumnos hacen el trabajo en las aulas y después han de colgar sus aportaciones sobre sostenibilidad, espacios verdes, transportes no contaminantes y otros aspectos para mejorar sus ciudades», explica Damià Perpinyà, técnico docente de la Conselleria d'Ensenyament y coordinador del programa en Catalunya.

TEMARIOS COMUNES

«Se fomenta el trabajo en grupo y a través de la red entre los alumnos de diferentes ciudades del mundo. Los grupos de escuelas conectadas son reducidos pero con un abanico amplio de países que dan a los alumnos una idea general de lo que ocurre. Además de colgar sus aportaciones en una web común, los alumnos se comunican por videoconferencia a través de Skype», añade.

Todo el currículo que deben seguir los alumnos, los materiales prácticos y los dosieres son elaborados por Global Scholars, donde se tratan temas comunes, que han de trabajar los 7.000 escolares de las 178 escuelas que participan en el programa en todo el mundo. «Los alumnos estudian las soluciones que se dan a problemas comunes en todas las ciudades. La primera unidad, que ya han acabado, es de presentación de los participantes y conocimiento del proyecto. En la segunda, 'Why sustainability?' [¿Por qué la sostenibilidad?], que es la que empiezan ahora, se introducen conceptos como los gases de efecto invernadero, las energías renovables y los transportes no contaminantes», comenta el técnico de Ensenyament.

Perpinyà acompaña a Tara Welch, responsable del proyecto educativo de Global Cities Inc. (la entidad que impulsa el programa) en su visita a la Escola Verd. La estadounidense aprovecha el encuentro para compartir puntos de vista con los profesores que trabajan en el programa y se suma a las actividades que llevan a cabo los alumnos.

VER CÓMO VIVEN LOS OTROS

«Una de las cosas que más me gusta es que nos podemos comunicar con chicos de otras ciudades. Nos explican cómo son sus países, el tiempo que hace allí, cómo se vive», explica Andreu, un espabilado alumno que participa con entusiasmo en el juego.

«Una de las ventajas de este programa es que los alumnos practican mucho el inglés y que también utilizan nuevas tecnologías. Han de colgar contenidos en la web y comunicarse con otras escuelas en inglés. Eso hace que le vean una utilidad al aprendizaje de ese idioma y que integren conceptos tan importantes como el de la sostenibilidad», destaca Marisa Roca.