NUEVOS HÁBITOS COMO CONSECUENCIA DE LA CRISIS

Voluntad muy tardía

En Catalunya se hacen cada vez menos testamentos y a una mayor edad Muchos documentos se firman en julio, antes de vacaciones

Última voluntad 8Marín prepara documentación en su despacho.

Última voluntad 8Marín prepara documentación en su despacho.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Un poco menos y más tarde. Los catalanes recurren al testamento más que la media española, pero sin que se aprecie crecimiento, ya que el número de documentos firmados durante el año permanece estancado, y además se hace cada vez a edades más avanzadas.

El perfil del testador catalán es el de una mujer casada de entre 61 y 70 años, según un estudio del Col·legi de Notaris de Catalunya (CNC). Este es un hecho que responde a dos posibles causas: «mucha gente más joven ya no compra vivienda y por tanto, no hace testamento. Antes era habitual vincular ambas operaciones. Y además, la crisis ha precarizado muchas economías y ha empujado a los padres a modificar los legados para beneficiar a los hijos», explica José Alberto Marín, vicedecano del colegio.

El grupo de edad mayoritario en Catalunya en la firma de testamentos, el de entre 61 y 70 años, suponen el 22% del total, seguido de los de entre 51 y 60 (20%) y de 71 a 80 (19%). Aunque con poco peso en el conjunto, destaca, por ejemplo, el incremento registrado en la franja entre 81 y 90 años con un alza del 20% respecto al último año antes de la crisis, el 2007; y la del tramo de los mayores de 90 años que, en el periodo 2007-2013, acumula también un crecimiento del 20%. Los documentos firmados por personas de entre 20 y 40 años suponen apenas el 9% del total y su cantidad ha caído el 42% desde el 2007.

Catalunya, por el carácter más previsor de sus habitantes, se destaca por situarse por encima de la media en testamentos. Un total de ocho de cada 10 personas que fallecen y poseen un cierto patrimonio cuentan con uno de estos documentos frente a seis de cada 10 de media española que, a su vez, también descolla frente a otros países europeos, explica Marín. De hecho, Catalunya fue la comunidad en la que se otorgaron más testamentos el año pasado (108.651), seguida por Andalucía, con 99.269 y Madrid, con 72.959.

El número de operaciones se ha estancado. El número total de herencias firmadas fue en solo 57 inferior al ejercicio anterior, lo que supone un práctico estancamiento. En todo caso, la cifra supone un descenso del 7% con respecto del 2007, el ejercicio previo al estallido de la crisis.

No solo la edad marca tendencia en materia de testamentos, también la época del año. Así, en julio se hacen muchas operaciones, bien sea de redacción o de modificación de últimas voluntadesporque siempre se trata de una elaboración nueva y con un coste inferior a los 50 euros. «Se puede modificar las veces que se quiera por un coste relativamente bajo», añade el vicedecano del colegio.

En todo caso, la inminencia de las vacaciones supone otro impulso para pedir cita para redactar el testamento en la notaría. «A muchas personas que no lo habían hecho antes les entra la aprensión antes de iniciar un viaje en vacaciones y optan por poner por escrito la herencia», explica Marín.

Lo hacen habitualmente parejas de entre 40 o 50 años que hasta el momento no habían optado por poner por escrito sus últimas voluntades, pero ante la inminencia de un viaje bien sea largo o corto con motivo de las vacaciones, prefieren ser previsores y hacerlo, explica el representante de los notarios catalanes.