LETRAS

Una exposición muestra la última nota de José Agustín Goytisolo

El manuscrito indica que el poeta tenía planes a corto plazo el día de su muerte

Nota manuscrita de José Agustín Goytisolo el día de su muerte, el 19 de marzo de 1999.

Nota manuscrita de José Agustín Goytisolo el día de su muerte, el 19 de marzo de 1999.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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La vida de José Agustín Goytisolo convertida en objetos. Y como hilo conductor, los versos del poeta.Más cerca reza el título de la exposición que exhibe documentos, fotografías, libros, dibujos y objetos personales del mayor de los hermanos Goytisolo y del volumen editado por Galaxia Gutenberg que reúne sus artículos de prensa, la mayoría publicados en este diario. La muestra, cuya apertura en la Fundación Círculo de Lectores coincide con la clausura ayer del quinto congreso dedicado a su obra y su memoria, sigue la trayectoria vital del poeta desde los orígenes familiares hasta su malogrado final.

La viuda, Asunción Carandell (Ton, como la llamaba su marido, Carandell), hermana de Luis y Josep Maria, ha sido la artífice de la exposición, comisariada por Carme Riera, al rebuscar en cajones y armarios las fichas médicas escolares del poeta, su cartilla del servicio militar, el libro de familia y algunos carnets de prensa expendidos por EL PERIÓDICO, cuando el autor se trasladó como periodista a Angola en 1978.

Pero el documento que más impresiona es la nota manuscrita, de letra temblorosa, que el 19 de marzo de 1999 el poeta dirigió a su esposa, poco antes de precipitarse por la ventana de su domicilio, sin que la juez que realizó el levantamiento del cadáver pudiera determinar las causas de la caída. En esa nota (un procedimiento habitual en la pareja, que solía darse indicaciones domésticas de esa forma), nada indica la voluntad de suicidio del poeta, pese a que durante años estuvo aquejado de un trastorno bipolar. Cuesta pensar en un final inminente cuando el autor hace planes a corto plazo: «Ton; saqué las ventanas, ya. Todo bien, limpio y ordenado. Yo voy tranquilo, te llamaré. Iré primero a casa de Paco, y el domingo a casa de Luis y Eloisa. beto, beto, tat. Quiero».

La mañana de ayer, Carandell, que acompañó en una mesa redonda a Marta, hermana mayor de los Goytisolo, se reafirmaba, como ha hecho durante todos estos años, en la tesis de que la muerte de su marido fue un accidente. «Pero no podemos poner puertas al campo. Que cada uno piense lo que quiera», dijo, con aire de estar harta de batallar contra las sospechas.

AMISTADES / La exposición, sin embargo, muestra a un José Agustín vital y acogedor, puente entre las culturas española, italiana y latinoamericana a través de la correspondencia que mantuvo con Julio Cortázar, Cabrera Infante o Lezama Lima y gran amigo de sus amigos. Prueba de su camadería festiva es la colcha de lino que se exhibe en una de las paredes de la exposición y que fue bordada en comandita por el matrimonio Goytisolo y amigos como Carmen Martín Gaite, su por entonces marido Rafael Sánchez Ferlosio y Blas de Otero durante el verano de 1956, con mayor o menor habilidad en la masía familiar de los Carandell en Reus. El cubrecama, diseñado por el pintor Paco Todó como ilustración de un poema de José Agustín sobre Ávila, representa sus murallas. «Carmiña Martín Gaite solía despertarse a las seis de la mañana para bordarla», recuerda Riera, y más de una gota de sangre, vertida por la inexperiencia de los varones, manchó la tela, que durante 20 años cubrió la cama matrimonial de los Goytisolo-Carandell.