Tormenta en Kutxabank

El anterior presidente de Kutxabank, Mario Fernández, se ha visto envuelto en una turbia polémica por un presunto pago irregular al socialista Mikel Cabieces, exdelegado del Gobierno en Euskadi. La tormenta se desató el viernes con el anuncio, por parte de la entidad bancaria, de que había puesto en conocimiento de la fiscalía la existencia de un abono «irregular» por valor de 243.592 euros, efectuado cuando Fernández estaba al frente de la entidad. Sin embargo, el exdirectivo aseguró ayer que no le constaba ninguna denuncia contra su persona ni ninguna investigación por estos hechos, por lo que proclamó su «sorpresa, indignación e indefensión».

La fiscalía deberá analizar ahora la supuesta contratación de Cabieces por un bufete de abogados de Bilbao con fondos de Kutxabank. Nada más conocer que iba a ser investigado, el anterior delegado del Gobierno solicitó su baja temporal como militante del PSE para no perjudicar a la formación. A la espera de un pronunciamiento de la Ejecutiva, desde las filas socialistas se explicó que la relación de Cabieces con el bufete era totalmente personal, sin ninguna relación con su puesto en la dirección del partido en Euskadi.

La polémica se desató con un comunicado de Kutxabank, ahor apresidida por Gregorio Villalabeitia, en el que afirmaba que había remitido a la fiscalía una actuación «irregular» durante la anterior presidencia, que ascendía a casi un cuarto de millón de euros. Aunque no aportaba datos sobre la identidad de los afectados, explicaba que esa cantidad ya ha sido íntegramente devuelta, por lo que el «quebranto económico para la institución ha sido totalmente compensado».

El descubrimiento de ese polémico pago se produjo a consecuencia de la auditoría interna encargada por el nuevo presidente de la entidad. Al parecer, Cabieces cobró durante tres años diferentes cantidades de Kutxabank, gracias a un contrato suscrito con el propio Fernández. Tras aflorar la presunta irregularidad, el consejo de administración de Kutxabank acordó, en cumplimiento de la legalidad y de las indicaciones de los órganos de supervisión estatales y comunitarios, comunicar dicha actuación al Ministerio Fiscal.

EH Bildu, la formación más crítica con Kutxabank y el proceso de fusión de las cajas vascas, encabezó la reclamación de responsabilidades políticas. Sus dirigentes Joseba Permach y Ainhoa Beola anunciaron ayer que exigirán explicaciones sobre las presuntas irregularidades cometidas durante el mandato de Mario Fernández, porque «huelen a corrupción». Para EH Bildu, las fuerza políticas que integran el consejo de administración, PNV, PSE, PP y CCOO, «solo miran por sus intereses y por los de su entorno cercano».

Mario Fernández apenas recibió apoyos durante la jornada de ayer. Tan solo encontró un tibio pronunciamiento del PNV, que en boca de la parlamentaria María Eugenia Aguirrezabala se limitó a considerar «positivo» el hecho de que se haya devuelto el dinero correspondiente a los pagos investigados. El expresidente de Kutxabank afirmó ayer que cualquier información o acción que dañe su honor tendrá una «adecuada respuesta», incluidas las acciones legales que estime oportunas.