Sensores para un negocio

La revolución de internet en los negocios sigue avanzando con actividades impensables hace solo unos años. El salto del internet de los humanos al internet de las cosas ha abierto un amplio campo de posibilidades gracias a la interconexión de tecnologías que también ha llegado a la movilidad. Varias ciudades, incluida Barcelona, están aplicando los nuevos sistemas tecnológicos al control y gestión de la información sobre la ocupación del espacio público por los vehículos.

¿Quién no ha sufrido alguna vez una crisis de ansiedad después de estar dando vueltas durante media hora o más en una zona de una gran ciudad para encontrar un hueco donde aparcar el coche? Es lo que los técnicos denominan tráfico de agitación, que puede poner a más de un conductor de los nervios con el consecuente riesgo que supone para la circulación y los peatones y que ha permitido aflorar un mercado emergente.

La compañía Abertis Telecom, que prepara su salida a bolsa en el 2015, se ha propuesto convertirse en el líder de ese nuevo negocio con una apuesta en colaboración con socios tecnológicos para ofrecer una solución integral que incluye sensores en el asfalto, transmisores de información y aplicaciones capaces de gestionar la información para que llegue a los usuarios. Eso es lo que ya se ha puesto en marcha en el barrio barcelonés de Les Corts con el fin de probar un sistema propio de una ciudad inteligente (smart city) que permite saber qué plazas de zona azul, de carga y descarga, de minusválidos o de taxi están ocupadas en cada momento. Y además de Barcelona ya hay un grupo numeroso de ciudades de primer orden como Moscú o Santiago de Chile que también tienen en marcha pruebas piloto como urbes del futuro.

En total son 500 plazas de aparcamiento en las que se han invertido 140.000 euros para tener información y gestionarla mediante un contrato con Abertis Telecom y la empresa tecnológica catalana Wolrdsensing, especializada en los sensores imprescindibles para controlar en tiempo real la ocupación del espacio público. «El principal coste de la experiencia es la instalación del sensor en el asfalto porque requiere una obra. El sensor en si mismo y el mantenimiento tienen un coste muy reducido por unidad puesto que la batería dura siete años y se puede cambiar fácilmente y la tarifa de internet por cada sensor es de 10 euros al año», asegura Antoni Liria, gerente de negocio de Abertis Telecom.

El objetivo final es que la información llegue a los usuarios a través de aplicaciones de teléfonos móviles o de los navegadores de los vehículos con el fin de optimizar los desplazamientos.