SECUELAS DE LA CRISIS

La reinvención de España

Propuestas 8Garicano posa durante su última visita a Barcelona.

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AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Luis Garicano, uno de los fundadores del influyente blog económico Nada es gratis (www.fedeablogs.net/economia), está convencido de que España tiene que «reinventarse» para redirigirse hacia una vía nórdica de desarrollo en lugar de emular la venezolana. Autor de El dilema de España (Península. Barcelona, 2014), este catedrático de la London School of Economics y vallisoletano global (vive en Ámsterdam y trabaja en Londres) cree que hay que acabar con el «sistema de amiguetes» y el «capitalismo del palco del Bernabéu», afianzado con el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera. Opina que solo se saldrá de la crisis si se refunda el modelo económico y democrático, con un sistema educativo e instituciones que mejoren la productividad.

«Esta crisis no nos ha dejado solo un legado de deuda sino que ha dañado el capital humano, al producirse un boom del abandono escolar para dedicarse a la construcción; y también ha deteriorado las instituciones», explica. Pese a no ser un fenómeno singular español, sí que ha calado la idea de corrupción en las esferas de poder y de que esta «no tiene el castigo adecuado».

Las propuestas de Garicano requieren tiempo. Como, por ejemplo, la de construir un sistema educativo no basado en la memorización sino en facilitar capacidad analítica y crítica. Pero «si se hubiera afrontado la cuestión educativa al estallar la crisis en el 2008 ya se tendrían los primeros resultados», advierte. De todas formas, como paso intermedio o transición hacia el nuevo modelo propone atraer a jubilados de otros países europeos al estilo de una Florida del sur de Europa, aprovechando el sol y el capital humano que podría proporcionar los servicios adecuados.

Pero resulta que son los políticos y los beneficiarios del sistema actual que están en connivencia con el poder los que deberían empujar el cambio. «Tendrá que ser la sociedad la que lo demande», afirma. De lo contrario se saldrá de la crisis igual que se vivió la bonanza: dejándose llevar por el viento, sin un modelo de progreso sostenible.

A su entender, es imprescindible pasar del capitalismo en el que prosperan, no quienes tienen las mejores ideas, sino quienes tiene enchufe, a «mercados separados del poder político, con reglas de juego claras y transparentes y reguladores independientes». Y es que, según Garicano, estos defectos no son «culturales» (el manido «es que somos así»).

Y pone dos ejemplos: la prohibición de fumar o la limitación de la velocidad en carretera. Han cuajado. ¿Acaso no podría hacerse lo mismo con el sistema educativo?, se pregunta Garicano.