EMPRESAS

El empresario inmobiliario Joaquín Rivero fallece a los 72 años de edad

Joaquín Rivero, en una imagen de archivo cuando presidía Metrovacesa.

Joaquín Rivero, en una imagen de archivo cuando presidía Metrovacesa.

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA

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El empresario inmobiliario Joaquín Rivero Valcarce falleció este domingo pasado a los 72 años de edad a consecuencia de "una enfermedad neuronal de rápida evolución", según informaron en fuentes próximas al empresario. Joaquín Rivero, natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), acumulaba una dilatada trayectoria y experiencia en el sector inmobiliario, en el que llegó a controlar y presidir las inmobiliarias Bami Metrovacesa.

A su faceta empresarial se sumaba su afición por la cultura, especialmente por el arte, que le convirtió, junto con su familia, en uno de los mayores coleccionistas de arte privados de Andalucía.

Acompañado por su nombre de aires taurinos, Rivero afrontó durante toda su vida grandes lidias en el empresariado español. Interiorizado el modelo de apalancamiento financiero extremo, supo aprovechar los momentos de gran auge económico para emplear recursos ajenos en el crecimiento de sus proyectos, una apuesta que hizo realidad en un sector inmobiliario marcado por la etapa de la gran burbuja inmobiliaria. Como consecuencia, fue capaz de pasar de ser un pequeño empresario de la construcción a los 23 años a presidente de las inmobiliarias Bami y Metrovacesa, con cuya fusión en el 2005 constituyó la que entonces fue primera inmobiliaria española y una de las mayores de Europa. En las escuelas de negocios españolas merecerá siempre un hueco su trayectoria, como excusa para analizar ejemplos de ambiciosas fusiones en las que es posible controlar el todo disponiendo solo de una parte.

ORÍGENES

Su trayectoria empresarial se desarrolló fundamentalmente en el sector inmobiliario. Sociedades de gestión de grandes promociones como Marble Centre, Benalmar e Inmonet sirvieron para cimentar los negocios que le llevarían a codearse con los grandes del sector. Cuentan sus cronistas de cabecera que entre 1980 y 1985 Rivero participó en la comercialización de más de 25.000 viviendas tanto en España como en el extranjero. Su entrada en 1997 en la inmobiliaria Bami supuso un cambio relevante, la llegada a una nueva liga de poder empresarial.

Tras varios ejercicios centrado en el crecimiento de Bami, a partir del año 2000, y al calor de un nuevo auge del sector inmobiliario, inició un periodo de expansión con el que, a golpe de OPA, se convirtió en uno de los principales empresarios inmobiliarios del país y de Europa. Así, ese mismo año lanzó una OPA hostil sobre Zabalburu, inmobiliaria entonces participada por Altadis, y dos años después, compró el 23,9% de Metrovacesa, que en aquel momento estaba en manos de BBVA.

FUSIÓN BAMI-METROVACESA

En el 2003, las italianas Quarta y Astrim, controladas por los grupos constructores familiares Caltagirone y Marchini, lanzaron una OPA sobre el 75% del capital de Metrovacesa. Tras salir airoso de esa OPA hostil, fusionó la compañía con Bami, una operación que dio lugar a la entonces primera inmobiliaria de España y una de las primeras de Europa. La compañía fortaleció su liderato cuando en el 2005 compró la mayoría del capital social de la patrimonialista francesa Gecina. En marzo del año pasado, el Tribunal Correccional de París condenó a Joaquín Rivero a cuatro años de cárcel, tres de prisión firme, y a una multa de 375.000 euros por su gestión al frente de la inmobiliaria Gecina, así como a pagar una indemnización de 208 millones de euros. La sentencia, recurrida, le consideraba culpable de 13 cargos, entre ellos malversación y blanqueo. Un varapalo legal que sin duda agravó su estado de salud en pleno declive de su actividad empresarial.

Fue durante años un verdadero rey del ladrillo en España y como tal tuvo que batallar en primera persona entre conspiraciones, alianzas y luchas de poder. La más renombrada fue en el año 2006, en pleno 'boom' del sector inmobiliario, cuando mantuvo durante casi un año una intensa pugna con la familia de promotores catalanes Sanahuja por el control de la inmobiliaria Metrovacesa. La 'lucha' concluyó a mediados del 2007 con un acuerdo 'salomónico' para dividir los activos de la entonces Metrovacesa en dos partes. Rivero refundó Bami con los negocios que le correspondieron de la inmobiliaria, una firma que finalmente acabó en liquidación como consecuencia de la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria que sobrevino en los años posteriores.

En cuanto a la parte de la inmobiliaria que se quedaron los Sanahuja, finalmente pasó a manos de la banca acreedora de familia. Los bancos que aún quedan en el capital de la empresa, actualmente controlada por el Santander, acaban de acordar su fusión con Merlín para dar lugar de nuevo a la mayor inmobiliaria del país.