INFORME

20 millones de 'ni-nis' quedarán excluidos del mercado laboral

La OCDE reclama más esfuerzo para resolver el empleo de los jóvenes que dejaron los estudios

MERCEDES JANSA / MADRID

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El futuro de los jóvenes en los países desarrollados se ve bastante negro, en todo caso peor que el que tuvieron sus padres, a tenor del último informe de la OCDE que cifra en 20 millones el número de jóvenes ni-nis -que ni estudian ni trabajan- que han salido ya del sistema educacional, social y laboral de sus países porque ya no buscan empleo.

Esta cifra representa la mitad del total de ni-nis entre 16 y 29 años, unos 39 millones, que la Organización para la Cooperación y el Desarrrollo Económicos (OCDE) ha contabilizado hasta el 2013, según el informe Skills Outlook de este organismo. Son cinco millones más que antes del 2008 y los pronósticos para el cierre del año pasado no son más optimistas.

La situación más preocupante se da en Grecia y España. En ambos países la OCDE marca el 25% de los jóvenes adultos que se podrían encuadrar en la calificación de ni-nis.

En España, sin embargo, este porcentaje bajó hasta el 20,7% el año pasado, según un informe publicado hace unas semanas por el Ministerio de Educación, que también utiliza datos de la encuesta de población activa (EPA). La reducción se debe, en todo caso, al grupo de jóvenes con un nivel más alto de formación.

El estudio de ayer, realizado en 22 de los 34 países que forman la OCDE, constata también que el 10% de los graduados más recientes tienen escasas competencias de lectura y el 14% tiene carencias en matemáticas.

Las cifras empeoran si los jóvenes han abandonado la educación antes de acabar los estudios de secundaria. En este caso, la falta de competencia llega al 40%. Como media entre los 22 países estudiados de los 34 que forman la OCDE, el 8% de las personas entre 16 y 24 años ha dejado la escuela ante de concluir la secundaria superior. En España, uno de cada cuatro jóvenes se encuentra en esa situación, la tasa más elevada entre los países de la OCDE.

"UNA DESGRACIA"

Estos datos «no sólo son una desgracia» para los afectados sino una "inversión malgastada" debido a que los conocimientos adquiridos durante la fase educativa "no son empleados de forma productiva", asegura el organismo presidido por el mexicano Ángel Gurría, que ayer renovó su mandato en el puesto hasta el 2021.

Con esta baja preparación encontrar un empleo se hace aún más dificil. Pero peor aún es que las ofertas del mercado -contratos temporales y por debajo de la cualificación del empleado- no dejan margen al optimismo. La OCDE destaca que uno de cada cuatro jóvenes tiene un contrato temporal, lo que conlleva un menor uso de sus habilidades, mientras que el 13% está sobrecualificado para el empleo que desempeñan, por lo que algunas de sus competencias están siendo desaprovechadas.

La alta tasa de destrucción de empleo por la crisis y la diferencia entre la educación recibida y su aprovechamiento en el mercado laboral son dos luces rojas en buena parte de las economías avanzadas.

FORMACIÓN EN LA EMPRESA

Las empresas ayudan poco a superar esta brecha, según la OCDE, que destaca que a muchas les parece muy costoso contratar a personas sin experiencia laboral. Sin embargo, poco hacen para que los trabajadores la adquieran ya que menos del 50% de los estudiantes de formación profesional (FP) y el 40% de los matriculados en enseñanza académica participan en algún tipo de aprendizaje en su lugar de trabajo.

La OCDE alerta de que estas deficiencias supondrán un lastre para el futuro de los países porque habrá menos mano de obra, se resentirá la recaudación fiscal y las pensiones. Y avisa de que podría aumentar la inestabilidad social "si una parte de la población se encuentra desempleada y afectada moralmente".

Las recetas no son nuevas. En los países en que algunas se han aplicado -caso de España con la estrategia de emprendimiento y empleo juvenil- los resultados son, de momento, escasos. El paro juvenil sigue estando por encima del 50%, los que trabajan lo hacen muy en precario y los recortes no han permitido que vuelvan a los estudios.

La OCDE recomienda que se actúe desde los niveles más bajos de la enseñanza, incluso antes de entrar en la primaria, y que se identifique cuanto antes a los estudiantes con más bajo rendimiento para reforzar su preparación en lengua, matemáticas y ciencia y evitar que abandonen los estudios. Además pide dar una segunda oportunidad a los jóvenes que ni estudian ni trabajan y adecuar la enseñanza a las necesidades de las empresas.